Actualizado: sábado, 3 octubre 2015 4:15

SÍDNEY 3 Oct. (Reuters/EP) -

La Policía australiana ha asegurado este sábado que cree que el tiroteo que tuvo lugar el viernes junto a una comisaría en Sídney está "relacionado con terrorismo", en lo que se ha convertido en el último de una serie de ataques de los que se culpa a jóvenes radicalizados.

Australia, aliada de Estados Unidos y de su batalla contra la insurgencia del autodenominado Estado Islámico en Irak y Siria, he elevado su alerta por posibles ataques perpetrados por radicales nacoinales desde el año pasado.

El autor del tiroteo, que fue abatido por la Policía el viernes por la tarde, tenía 15 años y antes de morir descargó su arma contra un empleado de la Policía desde una distancia muy corta. Las autoridades han identificado al autor como un joven de nacionalidad iraní que procede de un ambiente iraquí-kurdo.

"Creemos que sus acciones estaban motivadas políticamente, por eso lo relacionamos con terrorismo", ha asegurado el comisario de la Policía de Nuevo Gales del Sur, Andrew Scipione, a la prensa. No obstante, el joven no era conocido anteriormente ni por la Policía ni por las autoridades antiterroristas.

La víctima ha sido identificada como Curtis Cheng, un veterano de la Policía de Nuevo Gales del Sur que trabajaba en el departamento financiero.

"No hay duda de que esta tragedia resonará en todo el mundo mientras la gente intenta entender cómo alguien tan joven puede cometer un crimen tan terrible", ha asegurado el jefe del Gobierno del estado de Nuevo Gales del Sur, Mike Baird.

OTROS CASOS EN AUSTRALIA

El pasado mes de septiembre, la Policía disparó contra un adolescente de Melbourne después de que éste atacara a dos agentes antiterroristas, mientras en diciembre dos rehenes murieron cuando la Policía irrumpió en una cafetería de Sídney para poner fin a un secuestro que duró 17 horas.

Este mismo viernes, un joven británico de 15 años ha sido condenado a cadena perpetua por incitar a cometer un ataque contra un acto de conmemoración a la Primera Guerra Mundial en Australia desde el norte de Inglaterra. El descubrimiento de las acciones del chico provocaron una masiva operación policial en Melbourne que llevó al arresto de cinco adolescentes que planeaban cometer un ataque inspirado en el autodenominado Estado Islámico, según las autoridades.

El primer ministro, Malcolm Turnbull, ha instado a los australianos a no demonizar por ello a la comunidad musulmana. "Esto parece ser un acto de violencia motivada políticamente, por lo que, en este punto, parece ser un acto de terrorismo", ha asegurado Turnbull. Pero "no debemos demonizar o culpar a toda la comunidad musulmana de las acciones de lo que es, realmente, un porcentaje muy, muy pequeño de individuos extremistas violentos", ha añadido.

Las autoridades de seguridad estiman que al menos unos 70 australianos podrían haberse unido a fuerzas que combaten en Oriente Próximo, y que un centenar o más les apoyan desde Australia.

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