MADRID 13 May. (EUROPA PRESS) -
Las medidas adoptadas por el Gobierno chino desde 2009 para reducir el uso de la tortura por parte de la Policía y las condenas equivocadas no han ido lo suficientemente lejos a la hora de combatir los interrogatorios abusivos, ha denunciado este miércoles Human Rights Watch (HRW).
En su informe 'Sillas tigre y jefes de celda: la tortura policial de presuntos criminales en China', HRW analiza cientos de veredictos de todo el país y entrevistas a 48 detenidos recientes, familiares, abogados y antiguos funcionarios. El Comité contra la Tortura de la ONU analizará el próximo noviembre la situación en China en este ámbito.
Este análisis ha detectado que el uso de la tortura y los malos tratos de los detenidos antes del juicio por parte de la Policía "sigue siendo un serio problema". Así, se ha averiguado que algunos detenidos pasan días amarrados a "sillas tigre" atados por las muñecas y son tratados de forma abusiva por "jefes de celda", compañeros de reclusión que controlan en nombre de la Policía.
"Pese a varios años de reforma, la Policía está torturando a presuntos criminales para conseguir que confiesen delitos y los tribunales están condenando a personas que han confesado bajo tortura", ha subrayado la directora para China de HRW, Sophie Richardson.
"A menos y hasta que los sospechosos tengan abogados en los interrogatorios y otras protecciones básicas y hasta que la Policía rinda cuentas por los abusos, estas nuevas medidas es improbable que eliminen la tortura rutinaria", ha añadido.
MEDIDAS DEL GOBIERNO
Después de que salieran a la luz casos de brutalidad contra presuntos criminales en 2009 y 2010, provocando malestar entre la población, el Gobierno chino anunció nuevas medidas para controlar el problema como la prohibición de los "jefes de celda" o la grabación en vídeo de algunos interrogatorios.
Aunque, según HRW, estas y otras medidas parecen haber reducido ciertos abusos, como los llevados a cabo dentro de centros de detención de la Policía donde permanecen los sospechosos antes del juicio, algunos agentes deliberadamente se saltan las nuevas normas llevándose a los detenidos a otras instalaciones para interrogarlos o para usar métodos de tortura que no dejen señales visibles.
Además, según la ONG, los interrogatorios grabados son manipulados de forma rutinaria y en lugar de grabarse de forma íntegra, en ocasiones se lleva a los detenidos fuera para torturarlos y luego se graba ya su confesión. Por otra parte, los procuradores y jueces en ocasiones ignoran claras evidencias de malos tratos o no examinan las denuncias de forma seria.
"Hemos escuchado relatos horribles de detenidos colgados por las muñecas, sacudidos durante años, y aterrorizados por jefes de celda, que no tienen ningún medio real de hacer que sus atormentadores rindan cuentas", ha explicado Richardson. "Es difícil encuadrar estos relatos de abusos con las afirmaciones del presidente Xi Jinping de que el Gobierno respeta el Estado de Derecho", ha añadido.
"La próxima comparecencia de China ante el Comité contra la Tortura de la ONU podrá el historial de Pekín ante el escrutinio mundial", ha resaltado Richardson.
"Las medidas introducidas desde 2009 son mejoras, pero en un sistema profundamente abusivo. Si el Gobierno no da más pasos contra la tortura rutinaria, generará más dudas sobre su voluntad de llevar a cabo reformas que mejoren la confianza de la población en el sistema judicial del país", ha remachado la responsable de HRW.