EL CAIRO 11 Nov. (Reuters/EP) -
Policías antidisturbios y vehículos blindados han llenado las calles vacías del centro de El Cairo en un intento por anticiparse y evitar las manifestaciones en protesta por el deterioro de las condiciones económicas y los efectos de las medidas de austeridad impulsadas por el Gobierno.
Las protestas surgen a iniciativa de un pequeño grupo conocido como el 'Movimiento de los Pobres', que ha hecho un llamamiento a los egipcios para que salgan a las calles este viernes para expresar su rechazo a la creciente austeridad.
Las convocatorias de protestas comenzaron en agosto, pero ganaron impulso en las redes sociales la semana pasada cuando el Gobierno de Egipto aumentó los precios de combustible.
La plaza Tahrir se encuentra vacía excepto por los vehículos blindados equipados con gases lacrimógenos y decenas de policías antidisturbios. Las autoridades han cerrado la estación de metro Sadat para evitar que los manifestantes lleguen a la simbólica plaza.
Las fuerzas de seguridad han impuesto medidas similares en otras zonas de El Cairo como el distrito de Shubra y en otras ciudades importantes del país como Alejandría, Suez y Menia.
Aún no está claro si las protestas se llevarán a cabo este viernes ya que han ganado poco apoyo por parte de los grupos de activistas y la oposición, pero sí han conseguido respaldo de los Hermanos Musulmanes, el movimiento que llegó a gobernar en Egipto tras la caída del régimen de Hosni Mubarak y que fue derrocado en julio de 2013 por el golpe de Estado liderado por el general Abdelfatá al Sisi, actual presidente del país.
"La Policía ha cercado las entradas de El Cairo, Giza y Caliubia para prevenir que grupos terroristas puedan participar en cualquier manifestación y generen caos", ha asegurado la agencia de noticias estatal MENA.
En las últimas semanas, Al Sisi ha pedido a los egipcios que no participen en movilizaciones y ha advertido de que no dará marcha atrás en cuanto a las reformas económicas.
Debido a las revueltas callejeras muchos ciudadanos han preferido quedarse en sus hogares. "El bloque revolucionario es reticente a las protestas. Ahora sabemos que cualquier acción callejera termina de manera sangrienta. Con este régimen no podemos llegar a ningún resultado", ha asegurado Malek Adly, abogado de Derechos Humanos del Centro para los Derechos Económicos y Sociales egipcios.
Al Sisi llegó al poder prometiendo estabilidad y una reforma económica, pero los problemas se han ido acumulando en los últimos meses. Con un déficit presupuestario del 12 por ciento, Egipto llegó en agosto a un acuerdo preliminar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para un préstamo de 11.000 millones de euros para apoyar sus reformas, algo que se decidirá definitivamente este viernes.
En sus discursos, Al Sisi ha tratado de convencer a los egipcios de que es necesario que todos se sacrifiquen para salvar al país de la ruina, incluso donando sus monedas, algo que ha generado mensajes de burla en las redes sociales. También ha advertido de que el Ejército podría ser desplegado en caso de que los disturbios comenzaran.