TEGUCIGALPA, 13 Jul. (Reuters/EP) -
La Policía de Honduras ha arrestado a tres hombres acusados de asesinar a la activista medioambiental Lesbia Urquía, compañera de la también asesinada Berta Cacéres en la lucha por la conservación del medio ambiente y los pueblos indígenas en el país centroamericano, según han anunciado las autoridades hondureñas este miércoles.
Los investigadores de la muerte de Urquía, que fue asesinada el pasado 6 de julio, han apuntado que el motivo del crimen habría sido una disputa familiar por una propiedad. Sin embargo, los compañeros de Urquía y Cacéres del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), la ONG ecologista a la que pertenecían ambas, han insistido en que la muerte de Urquía está directamente relacionada con los intereses de las empresas contra las que luchaba.
Urquía, de 49 años de edad, fue encontrada muerta en el ciudad de Marcala, 100 kilómetros al oeste de Tegucigalpa, con varios golpes en la cabeza. Había desaparecido después de salir de su vivienda para dar un paseo en bicicleta.
"Han sido arrestados como responsables tres hombres, entre ellos el cuñado de la fallecida, Manuel Orlando López", ha declarado un portavoz del Gobierno, Jorge Galindo. Según Galindo, López amenazó de muerte a su cuñada por la propiedad de una parcela y las autoridades sospechan que habría contratado a dos hombres para que la matasen.
Sin embargo, desde el COPINH, donde Urquía trabajaba desde 2009, creen que el crimen está directamente relacionado con su lucha medioambiental. "Ya en el caso de Berta Cacéres las autoridades dijeron primero que había sido por un robo y después lo atribuían a motivaciones pasionales", ha dicho la directora del COPINH, Lilian Martínez.
Según ha anunciado la organización ecologista a través de un comunicado, Urquía se encontraba luchando contra la construcción de una hidroeléctrica propiedad del marido de la presidenta del Congreso Nacional, así como del partido en el Gobierno, Gladys Aurora López.
El asesinato de Urquía vuelve a poner sobre la mesa la peligrosa situación en la que viven los ecologistas en Honduras, que quedó patente cuando el 3 de marzo dos sicarios asesinaron a Cáceres, la entonces líder de COPINH.