AMONA, (CISJORDANIA), 2 (Reuters/EP)
La Policía de Israel ha terminado de evacuar este jueves, un día después de lo previsto, el asentamiento judío de Amona, en Cisjordania, tras una jornada de disturbios con colonos y activistas que se saldó con varios heridos y detenidos.
Los agentes han empleado chorros de agua y varas de madera para desalojar a los cien jóvenes israelíes que se habían encerrado en la sinagoga de Amona para dilatar lo máximo posible la evacuación de la colonia hebrea.
El operativo policial comenzó a las 6.00 (hora local) del miércoles, cuando decenas de agentes irrumpieron en Amona para acatar el fallo del Tribunal Supremo que obliga a sacar de allí a sus 300 vecinos porque sus viviendas se levantan sobre terrenos privados de dueños palestinos.
Aunque los uniformados llegaron sin equipos antidisturbios pronto se convirtió en una batalla campal porque a los residentes en Amona se unieron cientos de activistas que habían llegado en autobuses desde distintos puntos de Israel para evitar el desalojo.
Los manifestantes colocaron piedras en la principal carretera que conduce al asentamiento y levantaron barricadas incendiadas. Además, de acuerdo con la Policía, utilizaron un agente químico que causó quemaduras a los agentes.
Según el último balance ofrecido por el cuerpo de seguridad, un total de 60 policías y cuatro manifestantes han resultado heridos, si bien ninguno de gravedad, y ocho personas han sido detenidas por alterar el orden público.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha anunciado que construirá un nuevo asentamiento en Cisjordania para albergar a las familias de Amona. Será la primera colonia que se construye en el territorio palestino desde 1999.
Hasta ahora, las autoridades israelíes se habían limitado a ampliar los asentamientos ya existentes, lo que ha elevado a 350.000 el número de colonos que viven en Cisjordania, a los que se suman otros 200.000 en Jerusalén Este.
Las autoridades israelíes ya intentaron esbozar un plan para reubicar a los habitantes del asentamiento de Amona. No obstante, pocos días después las autoridades palestinas les comunicaron que los terrenos que querían utilizar también eran de titularidad privada.
El Derecho Internacional contempla todos los asentamientos como ilegales, si bien Israel diferencia entre aquellos a los que ha concedido permiso y los que no, que son los únicos que considera ilegales, como es el caso de Amona.