MADRID, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Policía de Noruega ha abierto una investigación sobre la primera ministra, Erna Solberg, después de que esta admitiese que acudió a una reunión familiar a la que asistieron más personas de las permitidas de acuerdo a las actuales restricciones para contener la pandemia de COVID-19.
Solberg ha admitido en declaraciones a la cadena estatal NRK que incumplió las normas y se ha ofrecido a pagar una multa si las autoridades así lo determinan. "Lo podría haber hecho mejor", ha reconocido, en alusión a unas vacaciones disfrutadas en febrero y en las que llegaron a juntarse en algunos momentos más de diez personas.
La polémica llega a medio año de que Noruega celebre unas elecciones parlamentarias en las que el Partido Conservador de Solberg parte como favorito. Una reciente encuesta elaborada por Kantar le concede una intención e voto del 25,6 por ciento, más de seis puntos por encima del Partido de Centro, según la agencia Bloomberg.
Ningún grupo ha pedido la dimisión de la primera ministra por este incidente, aunque sí que está siendo utilizado para poner en cuestión su capacidad para generar confianza entre la población. "Todos estamos cansados y podemos cometer errores, pero la primera ministra debe asumir el liderazgo y demostrar que está al mando", ha declarado un diputado laborista, Martin Henriksen, al diario 'Verdens Gang'.