KINSHASA 21 Sep. (Reuters/EP) -
Las manifestaciones contra el Gobierno del presidente congoleño, Joseph Kabila, no han cesado ante el despliegue de numerosos efectivos del Ejército en Kinshasa, la capital del país, donde han muerto 32 personas en dos días de enfrentamientos, según las fuerzas de seguridad del país.
"En Kinshasa han muerto 32 personas, incluidos 28 civiles y cuatro agentes de la Policía", ha indicado el coronel Pierre Mwanamputu. En uno de los distritos de la capital, los jóvenes manifestantes se han enfrentado a la Policía, que ha abierto fuego contra ellos, según varios testigos.
El Ejército congoleño ha desplegado unos 50 efectivos en las inmediaciones de una de las universidades de la ciudad, uno de los lugares donde se iniciaron los disturbios.
Según la ONG Human Rights Watch, al menos 44 personas han muerto durante las protestas contra Kabila, al que los manifestantes acusan de querer reformar la Constitución congoleña y retrasar las elecciones para permanecer en el poder después de haber agotado el límite de mandatos establecidos en la Carta Magna.
La comisión electoral realizó la semana pasada una petición ante el Tribunal Constitucional para posponer los comicios, previstos para noviembre. Según la comisión, las elecciones podrían retrasarse un año, lo que ha provocado la indignación entre los principales líderes opositores.
La comunidad internacional ha manifestado su preocupación por la situación política en el país. El presidente de Francia, François Hollande, ha señalado que los enfrentamientos han sido causados por "el propio estado congoleño" y ha instado a las autoridades a respetar la Constitución y celebrar elecciones tal y como está previsto.
El enviado especial de Estados Unidos en la región de los Grandes Lagos, Tom Perriello, ha alertado de que Washington está "preparado para imponer sanciones adicionales a aquellos individuos que hayan participado en casos de abuso excesivo de la fuerza. En junio, el Gobierno estadounidense impuso sanciones contra un oficial de la Policía congoleña por represión violenta contra miembros opositores de Kabila.