MADRID 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Policía antidisturbios ha comenzado a abandonar la céntrica plaza de Taksim y el parque Gezi de Estambul tras dos días de violentas protestas contra la demolición del lugar, donde ahora miles de personas han podido acceder tras horas de bloqueo policial.
La manifestación derivó en violencia ante las tácticas empleadas por la Policía turca contra la pacífica sentada contra la construcción de un centro comercial en la zona, según informan los medios turcos.
Este sábado, más de 500 personas se han enfrentado contra la Policía en el puente del Bósforo cuando intentaban acceder a la céntrica plaza, antes de ser dispersadas con gases lacrimógenos y cañones de agua, según informa el diario 'Hurriyet'.
En Ankara, varias personas han expresado ante el Parlamento su oposición a la demolición del parque. Las protestas se han extendido a Eskisehir, Mugla, Konya, Yalova, Anatolia y Bolu.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reconocido este sábado que la Policía empleó una fuerza excesiva en la represión de las protestas.
"Hubo un error de la Policía al utilizar el gas pimienta. Sí. He ordenado al Ministerio del Interior que lo investigue. Ha sido excesivo", ha afirmado Erdogan durante una intervención ante la asamblea general de la Asociación de Exportadores Turcos recogida por los medios del país.
Sin embargo, también ha exigido el fin de las protestas. "Pido a los manifestantes que pongan fin de inmediato a estas manifestaciones", ha añadido el mandatario turco, que además ha asegurado que la Policía no se retirará de la plaza, como piden los manifestantes. "La Policía estaba allí y seguirá allí, en Taksim", ha matizado.
Erdogan ha explicado que las obras que se desarrollan en la plaza no tienen nada que ver con el proyecto para construir una réplica del Cuartel de Topçu que alojaría un centro comercial, un proyecto que el mandatario ha asegurado que se mantendrá. "Vamos a reconstruir el Cuartel de Topçu, pero las obras de ahora no tienen nada que ver con esto", ha añadido. "Es injusto calificar a este gobierno de antiverde o antiecologista", ha agregado.
En cualquier caso, ha reconocido el derecho a la manifestación en Turquía, aunque ha argumentado que nadie tiene derecho a ocupar permanentemente un espacio público. "Nadie tiene derecho a elevar la tensión en este país con la acusación de que se están talando árboles", ha dicho.