TARIME (TANZANIA), 9 (Thomson Reuters Foundation/EP)
La Policía de Tanzania ha puesto en marcha una serie de medidas para acabar con las ceremonias secretas de mutilación genital femenina en el país, donde cientos de niñas huyen de sus hogares para no sufrir este tipo de prácticas.
"No quería el dolor que tuvo que atravesar mi hermana cuando pasó por la circuncisión hace dos años", ha indicado Neema Maro, de 17 años, que se ha desplazado a un refugio en la localidad de Masanga, a unos 50 kilómetros de su casa.
"Mi tía convenció a mi padre para llevar a cabo la mutilación y que pudiera casarme", ha señalado Maro, que ha añadido que le gustaría acabar su educación y convertirse en enfermera. Al menos 7,9 millones de niñas y mujeres en Tanzania continúan sometiéndose a la mutilación total o parcial de los genitales.
La práctica, llevada a cabo principalmente en África y algunas zonas de Asia, no presenta ningún tipo de beneficio para las mujeres y puede derivar en infecciones, hemorragias e incluso la infertilidad, según ha denunciado en reiteradas ocasiones la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Después de que Naciones Unidas instara en 2015 a las autoridades a poner fin a este tipo de prácticas, algunos países, incluido Tanzania, han prohibido la mutilación genital femenina, por lo que ésta es llevada a cabo de forma secreta en la mayoría de los casos.
OBSTACULIZAR LA LABOR POLICIAL
En Tarime, las niñas son sometidas a este proceso generalmente entre los 12 y los 17 años. "Mientras hablamos, muchas niñas están siendo mutiladas en diferentes zonas del país y algunos hombres armados están obstaculizando la labor de las fuerzas de seguridad", ha afirmado el jefe de la Policía en el distrito de Tarime, Glorious Luoga.
"He dado indicaciones a los agentes para que detengan a los padres de las niñas que hayan sufrido la mutilación", ha añadido. Mary Wandia, encargada de la gestión de programas de la ONG Equality Now, ha afirmado que la legislación contra esta práctica no ha sido implementada con éxito en Tanzania, lo que hace que muchas niñas acudan desde otros países.
"En Kenia, la ley ha sido impuesta con fuerza, por lo que muchas están cruzando la frontera para evitar ser perseguidas por ello", ha aseverado Wandia. La Policía en Tanzania y Kenia ha llevado a cabo una serie de operaciones conjuntas para detener a aquellas personas que realicen la circuncisión, según ha informado el agente Andrew Satta.
"Hemos identificado un grupo de personas que permite que las niñas atraviesen la frontera desde Kenia para ser sometidas a esta práctica", ha señalado Satta.
Por otra parte, la acción policial en la zona ha provocado que algunos miembros de los clanes locales garanticen que ninguna niña será sometida a la mutilación.
"No queremos problemas con el Gobierno, así que utilizaremos harina para llevar a cabo un ritual para nuestras niñas en vez del que solemos hacer normalmente", ha manifestado James Nyamaka, uno de los miembros más antiguos de un clan de Tarime.