MARAWI (FILIPINAS), 15 (Reuters/EP)
Zia Alonto Adiong, un político filipino, ha asegurado este jueves que los residentes que huyen de la ciudad de Marawi han visto decenas de cadáveres en una zona donde en las últimas tres semanas se han producido enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y milicianos islamistas.
"Hay al menos 100 cadáveres repartidos alrededor de la zona de conflicto", ha asegurado Adiong, refiriéndose al recuento que ha recibido de las personas que huyen de Marawi.
Al menos 290 personas han muerto en las más de tres semanas de conflicto, entre ellas 206 milicianos, 58 soldados y 26 civiles, según ha informado el Ejército filipino.
El portavoz de la primera división de infantería del Ejército, Jo-Ar Herrera, ha asegurado que las tropas están avanzando hacia la zona comercial de Marawi, en manos de miembros del grupo Maute, que ha jurado lealtad a la organización yihadista Estado Islámico.
Herrera ha señalado que los soldados aún debe enfrentarse a al menos 200 milicianos, muchos de los cuales han tomado posiciones de francotirador. "Pretendemos terminar la lucha cuanto antes. Nuestros comandantes están haciendo todo lo posible", ha añadido.
El Ejército ha confirmado la detención de Mohammad Noaim Maute, también conocido como Abu Jadid, el hermano de uno de los líderes del grupo islamista que lucha contra el Gobierno.
Maute fue detenido en la Universidad Estatal de Mindanao, que se encuentra en Marawi, con un carné de estudiante falso y es sospechoso de fabricar bombas para el grupo, según ha asegurado el portavoz del Comando de Mindanao Oriental, el general Gilbert Gapay.
Marawi, con más de 200.000 habitantes, está asediada, principalmente, por integrantes de Maute en un aparente intento por esconder al líder del grupo insurgente filipino Abú Sayyaf, Isnilon Hapilon, quien fue designado por el autodenominado Estado Islámico como 'emir' del grupo en el país asiático.
Hapilon se encuentra en la lista de más buscados del FBI por su papel en el secuestro de 17 filipinos y tres estadounidenses. Sobre él pesa una recompensa de cinco millones de dólares.