MADRID 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de Polonia ha desvelado este viernes cargos contra tres ciudadanos bielorrusos por su supuesta implicación en el desvío en 2021 de un vuelo de Ryanair que fue forzado a aterrizar en territorio bielorruso y que derivó en el arresto del periodista y activista Roman Protasevich y su pareja, Sofia Sapega, que iban en el avión.
El portavoz de la Fiscalía, Przemyslaw Nowak, ha indicado en un comunicado publicado a través de su página web que estas personas, que no están en territorio polaco, habrían actuado para forzar a los pilotos del vuelo --que cubría la ruta entre Atenas y Vilna-- a aterrizar en el aeropuerto de Minsk.
Por ello, ha recalcado que las autoridades han emitido una orden de arresto contra ellos y ha desvelado que presentará una petición para que se emitan órdenes de arresto europeas y para que Interpol dicte un aviso rojo contra estas tres personas, identificadas como Leonid C., exdirector de la Agencia de Navegación Aérea de Bielorrusia; Yevgenia T., jefa de control de tráfico aéreo en Minsk; y Andrei AM, un oficial del KGB bielorruso.
Nowak ha resaltado que las investigaciones han permitido determinar que el desvío del vuelo fue llevado a cabo a través de la entrega de "información falsa" sobre la presunta existencia de un artefacto explosivo en el aparato, lo que llevó a los pilotos a efectuar un aterrizaje de emergencia en Minsk.
En este sentido, ha reseñado que las pesquisas han incluido un análisis de las conversaciones recogidas por la 'caja negra' y ha agregado que estas acciones derivaron en una privación de libertad de los 132 ocupantes del avión y en la posterior detención de Protasevich.
Las autoridades bielorrusas concedieron en mayo de 2023 un indulto a Protasevich, quien había sido condenado a ocho años de prisión por varios delitos, incluido su papel en la organización de protestas antigubernamentales tras las elecciones de 2020 e "incitación al terrorismo".
Por su parte, Sapega, una bloguera rusa, fue condenada en abril de 2023 a seis años de cárcel por incitación al odio, tras lo que aceptó ser extraditada a Rusia. El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, anunció igualmente su indulto.