VILNA/VARSOVIA, 26 Ene. (Reuers/EP) -
Los gobiernos de Polonia y Lituania han avisado de que no permitirán que Estados Unidos vuelva a instalar en sus territorios cárceles secretas en las que detener e interrogar a sospechosos de terrorismo, a raíz de las especulaciones surgidas sobre la posible reanudación de este polémico programa.
La primera ministra polaca, Beata Szydlo, ha aclarado ante los periodistas que Washington no ha presentado ninguna "propuesta" relativa a este tema, pero ya ha advertido de que no cabe discusión alguna. "Mi respuesta es no", ha sentenciado.
Por su parte, el ministro de Exteriores lituani, Linas Linkevicius, ha recordado a la agencia Reuters que el respeto a los Derechos Humanos está por encima de cualquier interés por cooperar con la Administración de Donald Trump: "La tortura no es posible (...), no sólo legal sino moralmente".
En este sentido, Linkevicius ha dicho que "ningún país civilizado" debería utilizar métodos de interrogatorio como el 'waterboarding'. "No es sólo mi posición personal, es la posición de mi país", ha señalado.
Lituania tiene pendientes dos denuncias en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos precisamente por su posible responsabilidad en relación a las instalaciones norteamericanas que albergó hace una década. Según una investigación parlamentaria de 2010, la seguridad estatal ayudó a la CIA a preparar su centro en la capital, Vilna.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya falló en 2014 que los servicios de Inteligencia de Estados Unidos habían controlado una cárcel secreta en un bosque del norte de Polonia, lo que supuso la primera confirmación judicial de la existencia de este tipo de enclaves opacos.