Caja de contadores de gas en Varsovia (Polonia) - ALEKSANDER KALKA / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO
Rusia asegura que Polonia está tomando una serie de medidas contra Moscú que la llevan "al borde de la locura"
MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Polonia ha anunciado la ruptura del acuerdo firmado hace casi tres décadas con Rusia para el uso del gasoducto Yamal, que suministra gas hacia Europa, en un nuevo capítulo de las tensiones políticas y energéticas entre los dos países vecinos a cuenta de la ofensiva militar rusa en Ucrania.
La ministra de Medio Ambiente, Anna Moskwa, ha anunciado en su cuenta de Twitter la anulación de un acuerdo firmado en 1993, en aras de la necesidad de independizarse por completo del gas ruso tras la "agresión" sobre Ucrania.
"Siempre supimos que Gazprom no era un socio fiable", ha declarado Moskwa, en alusión al gigante energético ruso que ahora obliga a sus clientes de países "hostiles" a pagar el suministro en rublos por orden directa del presidente, Vladimir Putin.
El rechazo de varios clientes a acatar estas nuevas condiciones ya se ha traducido en el corte del suministro a países como Polonia, Bulgaria y Finlandia. Moscú estima que aproximadamente la mitad de sus 54 clientes internacionales sí han accedido a pagar en rublos.
Tras este anuncio, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha criticado que el Gobierno polaco está tomando medidas contra Rusia hasta tal punto que Moscú está "al borde de la locura". En este sentido, ha reconocido que es complicado que ambas naciones retomen el negocio, según recoge la agencia TASS.
"Polonia se ha negado durante mucho tiempo a pagar el gas. Por lo tanto, para que se suministre gas, necesitamos algunos acuerdos documentales y el propio pago", ha dicho Peskov, quien sin embargo ha aseverado que Varsovia "sigue recibiendo indirectamente el gas ruso" pero a un coste mayor.
Peskov ha apuntado que, teniendo en cuenta los pasos dados anteriormente por Polonia, esta ruptura del acuerdo de suministro de gas no es especialmente relevante, si bien ha reconocido que Moscú debe "analizar cuidadosamente las posibles consecuencias".