BRASILIA, 27 Jul. (Reuters/EP) -
La popularidad del presidente de Brasil, Michel Temer, ha caído al 5 por ciento, según el último sondeo de Ibope, que muestra que el 87 por ciento de los encuestados no confían en el líder envuelto en varios escándalos de corrupción.
La encuesta se ha publicado días antes de que el Parlamento brasileño se pronuncie sobre si la acusación de que Temer aceptó sobornos de la empresa cárnica JBS debe elevarse al Tribunal Supremo, donde podría ser juzgado.
En marzo, antes de que saliesen a la luz los escándalos de corrupción, el índice de aprobación del Gobierno se colocaba en el 10 por ciento. Esta nueva calificación se sitúa por debajo del peor resultado obtenido por la anterior presidenta, Dilma Rousseff, con el 9 por ciento a finales del año 2015.
Tras la destitución de Rousseff en agosto de 2016, su entonces vicepresidente, Temer, asumió la Presidencia bajo las acusaciones de haber orquestado el 'impeachment' para obstaculizar las investigaciones de corrupción.
La encuesta ha indicado que, pese a la baja calificación del actual presidente, la opinión brasileña no se inclina por ninguno de los dos mandatarios, pues solo el 52 por ciento de los encuestados considera que la Administración de Temer es peor que la de Roussef.
El sondeo del jueves fue encargado por el grupo de presión Confederación Nacional de la Industria, que preguntó a 2.000 personas entre el 13 y el 16 de julio en Brasil y estima un margen de error de 2 puntos porcentuales.
VOTO CLAVE
El Parlamento decidirá el próximo miércoles si la acusación por corrupción contra Temer debe elevarse al Tribunal Supremo, para lo que es necesario el voto favorable de un tercio de la Cámara.
A pesar de la impopularidad del presidente, se espera que los resultados le beneficien. El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, ha anunciado que presentará al menos dos acusaciones más contra Temer durante las próximas semanas para obligar a una nueva votación parlamentaria que aumentaría la presión política sobre los defensores del presidente.
Si el caso pasa al Tribunal Supremo, Temer sería suspendido de sus funciones y el presidente del Parlamento, Rodrigo Maia, asumiría su puesto. El tribunal tendría entonces 180 días para emitir un fallo.