MADRID, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
Portugal ha puesto fin este lunes a medianoche a la obligatoriedad de presentar un test negativo de COVID-19 para entrar a través de cualquiera de sus aeropuertos, en un momento en el que el país parece haber pasado el pico de la actual ola de contagios tras registrar cifras sin precedentes en dos años.
El Gobierno impuso la obligatoriedad de la prueba el 1 de diciembre, en un intento por contener la expansión de la variante ómicron del coronavirus, pero el pasado jueves acordó que dicho test ya no sería necesario para los viajeros que presenten un certificado de vacunación homologado por la Unión Europea.
El Ejecutivo también ha acordado recortar la validez de los test de antígenos, de tal forma que sólo tendrán una vigencia de 24 horas previa al viaje. En el caso de las PCR, se mantiene el plazo de 72 horas.
Las autoridades sanitarias de Portugal han notificado este lunes 17.019 nuevos positivos, con 2.932.990 casos confirmados desde el inicio de la pandemia. Al menos 20.258 enfermos han fallecido en este tiempo, 36 más que el domingo, según el recuento de la Dirección General de Salud (DGS).
Portugal ha registrado en las últimas semanas los peores datos de contagio de toda la pandemia --con cifras diarias por encima de 60.000 positivos--, fruto de la expansión de la variante ómicron. El primer ministro luso, António Costa, confirmó la semana pasada que él también se había contagiado, un día después de hacerse con la mayoría absoluta en las elecciones parlamentarias.