El conflicto entre el Gobierno y los separatistas deja ya 160.000 desplazados y 20.000 refugiados
Naciones Unidas pide 15,15 millones de dólares y denuncia el "dramático impacto" en los niños de esta crisis
MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
La situación en la parte anglófona de Camerún, donde las fuerzas gubernamentales mantienen un creciente pulso con grupos separatistas, sigue deteriorándose y ha provocado ya 160.000 desplazados y unos 20.000 refugiados en la vecina Nigeria lo cual es motivo de "gran preocupación", reconoce la coordinadora humanitaria de la ONU en Camerún, Allegra Baiocchi.
"Estamos muy preocupados por la situación" en la región Suroeste y Noroeste, las dos en las que la población es mayoritariamente de habla inglesa en un país en el que la mayoría de los habitantes habla francés, ya que lo que comenzaron como "reivindicaciones de profesores y abogados" a finales de 2016 "es ahora un conflicto abierto entre distintos grupos armados que está teniendo un impacto destructivo en la población", señala en una entrevista concedida a Europa Press.
La principal preocupación, admite, es que "pueda evolucionar hacia más conflicto y más violencia", algo a lo que en cierta medida podrían contribuir las elecciones presidenciales previstas para el próximo otoño, en las que se espera que el presidente del país, Paul Biya, en el poder desde 1982, busque un nuevo mandato.
ACNUR/Simi Vijay
Por ello, incide en que dado que uno de los motivos que alentaron las protestas iniciales y posteriormente la acción de los grupos separatistas en la parte anglófona es el sentimiento de abandono que sienten los habitantes respecto al Gobierno, hay que trabajar para que haya "elecciones participativas en lo que refiere a los jóvenes y las mujeres" así como en el ámbito de la seguridad, "para que la gente sea capaz de votar y hacerlo de forma segura".
La situación se ha deteriorado especialmente desde el pasado octubre, cuando las autoridades regionales proclamando de forma unilateral la independencia, bajo el nombre Ambazonia. El Gobierno respondió con contundencia, y desde entonces han aumentado los muertos en uno y otro bando, sin que haya un balance claro del número de víctimas.
"Sabemos que ha habido civiles muertos y heridos", admite la responsable de la ONU, aunque la falta de presencia en el terreno impide ofrecer un balance concreto. Además, en este caso "resulta difícil saber quién es un civil y quién es un matón armado", añade.
DESPLAZADOS Y REFUGIADOS
De lo que sí se tiene constancia es de que "al menos 160.000 personas se han visto desplazadas y otras 20.000 han buscado refugio en Nigeria" en las dos regiones anglófonas, que cuentan con unos 4 millones de habitantes, el 16 por ciento del total de Camerún, según Baiocchi.
Para ayudar a los desplazados, la mayoría de los cuales han buscado refugio en zonas boscosas, la ONU ha hecho un llamamiento esta misma semana solicitando 15,15 millones de dólares. La prioridad ahora que llega la estación de lluvias, explica la coordinadora humanitaria, es ofrecer cobijo, pero también atención sanitaria ya que hay heridos y podrían producirse brotes de enfermedades, así como asistencia alimentaria y de agua y acceso a la educación.
ACNUR/Simi Vijay
Baiocchi reconoce que esta crisis ha tenido "un dramático impacto en los niños". "El cierre de las escuelas fue una de las primeras cosas que pasó en las dos regiones antes de que estallara el conflicto, así que hay cientos de miles de niños fuera de la escuela", explica la responsable de la ONU. Además, entre los desplazados, el hecho de estar en el bosque hace que los niños tampoco vayan a clase.
La coordinadora humanitaria reconoce que los ataques contra escuelas "no son nuevos" en la crisis en la parte anglófona de Camerún, al igual que las presiones a los padres para que no envíen a sus hijos a clase o a los profesores para el cierre de los centros, pero lo que le preocupa ahora es "una nueva tendencia de secuestros de profesores y directores de escuelas que siguen intentando ofrecer a los niños una educación", como ha denunciado esta semana Human Rights Watch (HRW).
Según la ONG, el 25 de mayo dos directores de escuela fueron secuestrados presuntamente por los separatistas en dos puntos de la región. Uno de ellos fue liberado pero la otra sigue en poder de los secuestradores. "Los ataques contra estudiantes, profesores y escuelas infligen un daño a largo plazo en los niños y ensucian la reputación de quienes los perpetran", previno el subdirector de Advocacy de HRW, Philippe Bolopion.
"El derecho a la educación es un derecho fundamental y los niños no deberían tener que pagar por el conflicto", reclama Baiocchi. En este sentido, dentro del plan de respuesta humanitaria está previsto, además de la creación de espacios amigos para la infancia, donde los niños puedan sentirse seguros, el lanzamiento de un programa de educación por radio, "para que los niños puedan continuar con su formación aunque no puedan ir a la escuela".
HACEN FALTA FONDOS Y DIÁLOGO ENTRE LAS PARTES
Para poder ayudar a los afectados por esta situación, además de fondos, hace falta "apoyo de los actores en el terreno para poder tener acceso sin obstáculo y por supuesto seguridad, porque es una zona muy insegura ahora mismo", defiende Baiocchi.
Pero lo fundamental es resolver el conflicto. "No habrá ninguna solución a través de la violencia y es lo que hemos venido repitiendo al Gobierno y a todas las partes que abran un diálogo inclusivo", defiende la responsable de la ONU, que considera que hasta que esto no ocurra "seguiremos viendo un deterioro de la situación y un endurecimiento de las posiciones de las partes".
ACNUR/Simi Vijay
Además, reclama tanto a las fuerzas gubernamentales como a los grupos armados separatistas que respeten las reglas de la guerra, los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario y eviten afectar a los civiles a cualquier coste".
Entretanto, a la comunidad internacional le pide que busque propiciar el diálogo entre las partes para que aborden "las cuestiones en el corazón de esta crisis" porque "la guerra no traerá la solución" y que apoye la respuesta humanitaria, además de prestar "más atención" a Camerún en general, donde la insurgencia del grupo Boko Haram también está teniendo un gran impacto en el norte del país.