TAIPÉI 30 Nov. (Reuters/EP) -
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing Wen, ha asegurado este viernes que la política del país de mantener el 'status quo' con China no cambiará a pesar de la derrota del partido independentista en las elecciones locales y ha añadido que la democracia es la mayor diferencia con China.
El Partido Democrático Progresista (DPP) sufrió un serio retroceso en las urnas en las elecciones municipales que se celebraron este sábado en la isla.
China ha ejercido una gran presión sobre Tsai desde que asumió el cargo en 2016, creyendo que desea impulsar la independencia formal de la isla, una línea roja para Pekín que reclama como autogestionada a Taiwán.
Al reunirse con una delegación del Comité Nacional sobre Política Exterior de Estados Unidos Tsai ha reiterado que su política de China no cambiaría y que la gente votaba en las elecciones sobre asuntos locales y no sobre las relaciones a través del Estrecho de Taiwán.
"Básicamente, no creemos que en estas elecciones locales la gente haya tomado una decisión sobre el asunto de la política a través del Estrecho o haya hecho un cambio importante", ha afirmado Tsai. "Por lo tanto, nuestra política de mantener el status quo se mantendrá sin cambios", ha aseverado.
"Si bien el desempeño del DPP no decepcionó, las elecciones democráticas son nuestro activo más preciado y nuestra mayor diferencia con China", ha añadido.
El Gobierno chino aplaudió la derrota del partido independentista de Taiwán alegando que demuestra que la población taiwanesa quiere que su Ejecutivo mejore sus relaciones con Pekín.
Tsai, que tendrá que hacer frente a las elecciones presidenciales en apenas un año, dimitió este sábado como líder del DPP, asumiendo la responsabilidad ante la enorme derrota que ha sufrido la formación en los comicios municipales.
China y Taiwán han tenido gobiernos diferentes desde el final de la guerra civil china que concluyó en 1949 con la victoria del Partido Comunista de China de Mao Zedong y la proclamación de la República Popular China. Las fuerzas nacionalistas, lideradas por el Kuomintang de Chang Kai Shek se vieron recluidas a la isla de Taiwán, la antigua Formosa, donde aún perdura formalmente la República de China.
El estallido de la Guerra de Corea en 1950 desató el temor en Estados Unidos ante la posibilidad de que el comunismo se extendiera por todo el continente y envió a la Séptima Flota a Taiwán para respaldar a Chang. Pese a ello, en la actualidad Washington no reconoce a Taiwán como un país independiente y la posible invasión china --Pekín considera Taiwán parte de su territorio-- planea como una amenaza sobre la isla.