Ashraf Ghani
REUTERS
Actualizado: lunes, 12 septiembre 2016 12:14

KABUL 12 Sep. (Reuters/EP) -

El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ha asegurado este lunes que el acuerdo de paz con uno de los principales señores de la guerra islamistas está próximo a cerrarse, lo que permite cierta esperanza de cara al fin de un conflicto que lleva décadas activo.

Las negociaciones con el grupo miliciano Hizb-i-Islami comenzaron en mayo tras la firma de un borrador de acuerdo. El grupo cuenta con cientos de combatientes y está liderado por Gulbuddin Hekmatyar, un veterano señor de la guerra que lleva casi 40 años combatiendo en Afganistán.

A pesar de los avances, el acuerdo final se ha estado posponiendo porque el Gobierno se ha mostrado escéptico respecto a incluir a Hekmatyar en la vida política del país y debido a las denuncias de grupos activistas que le acusan de haber cometido crímenes contra los Derechos Humanos.

A lo largo de su historia personal, Hekmatyar ha sido aliado de Pakistán, de los muyahidines respaldados por Estados Unidos para enfrentarse a la Unión Soviética en los 80 y de los talibán, que actualmente están intentando expulsar de Afganistán a la coalición liderada por la OTAN con el objetivo de implementar la ley islámica.

"Hay algunas cuestiones que se están dejando de lado y son cuestiones que serán muy importantes para implementar la paz", ha comentado Ghani. "Estas cuestiones deberían resolverse en un periodo de tiempo limitado", ha añadido.

Ghani ha agradecido tanto a Hizb-i-Islami como al Alto Consejo de Paz por sus esfuerzos a la hora de negociar un acuerdo. "Hay esperanza de que, si Dios quiere, el acuerdo se cerrará pronto y podremos ser testigos de un gran paso adelante hacia la creación de un ambiente de paz y del fin de la lucha", ha declarado.

Hekmatyar fue incluido en la lista de terroristas de Estados Unidos en 2003 y últimamente no ha participado directamente en la insurgencia de los últimos años, pero la firma de un acuerdo demostraría la capacidad del Gobierno de Kabul para convencer a los grupos armados a sustituir las armas por la política.

Durante la sangrienta guerra civil que tuvo lugar durante la década de los 90, las fuerzas de Hekmatyar fueron acusadas de matar a miles de civiles y, hace poco, fueron acusados de estar vinculados con varios ataques de Al Qaeda y los talibán contra las fuerzas internacionales en Afganistán y el Gobierno de Kabul.

Las conversaciones de paz con los talibán, el grupo insurgente más potente en el país, aún no han empezado pero ambas partes han mostrado su disponibilidad a hablar. El líder de los talibán, mulá Habatulá Ajundzada, ha asegurado que el grupo "sigue con los esfuerzos diplomáticos para resolver la cuestión de Aganistán".

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