MADRID 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Burkina Faso, Roch Marc Kaboré, ha anunciado que anulará su desplazamiento a Abuya, la capital de Nigeria, donde tenía previsto asistir a la 50.ª Cumbre de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), tras el ataque de este viernes, que ha dejado doce muertos.
"En este preciso momento pienso particularmente en los familiares de los soldados caídos", ha señalado, según declaraciones recogidas por la Agencia de Información Burkinesa (AIB). "Les garantizo mi compasión y la del Gobierno", ha añadido.
Kaboré tenía previsto reunirse con sus colegas del bloque --conformado por Benín, Cabo Verde, Costa de Marfil, Gambia, Ghana, Guinea-Bisáu, Liberia, Malí, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona y Togo-- con los que previsiblemente tratarían la crisis política que vive Gambia desde las últimas elecciones, en las que el líder de la oposición obtuvo una victoria que el actual mandatario, Yahya Jamé, se ha negado a reconocer.
De hecho, una delegación de la CEDEAO, liderada por su presidenta y también dirigente de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, se trasladó hasta Gambia para mediar entre las partes.
Este viernes, Kaboré debía haber presidido los trabajos de la conferencia de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del bloque.
El ataque tuvo lugar en torno a las 5.00 horas del viernes contra un puesto militar en la localidad de Nasoumbou, en el norte de Burkina Faso, ubicada a escasos 20 kilómetros de la frontera con Malí.
Los ataques en Burkina Faso habían sido poco frecuentes antes del atentado reivindicado por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) contra un hotel de Uagadugu, la capital, en el que murieron 29 personas en enero de 2016.
Los milicianos islamistas están activos en la vecina Malí y las autoridades burkinesas temen que la larga frontera en el desierto entre los dos países pueda convertirse en un punto de tránsito para los milicianos.
Un nuevo grupo miliciano liderado por un combatiente antiguamente leal al yihadista argelino Mojtar Belmojtar reivindicó el ataque contra una posición del Ejército burkinés en septiembre, mientras que asaltantes no identificados mataron a tres soldados y dos civiles en octubre.