MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente electo de Burundi, Evariste Ndayishimiye, ha recalcado este martes que el país "no necesita lecciones de democracia" y ha hecho un llamamiento a la calma tras el anuncio de los resultados de las elecciones, en medio de las denuncias de fraude por parte del principal partido opositor del país.
"Acabamos de rendirnos honores al mostrar a los burundeses y al mundo entero que no necesitamos lecciones de democracia. Es más bien nuestro turno de enseñar a los otros", ha dicho, en sus primeras declaraciones tras el anuncio de su victoria en los comicios del 20 de mayo.
Así, el candidato del gubernamental Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia-Fuerzas para la Defensa de la Democracia (CNDD-FDD) ha destacado que su victoria es la de la democracia y ha reclamado "que nadie importune a su vecino bajo el pretexto de haber votado a uno y otro partido".
Ndayishimiye, 'delfín' del presidente saliente, Pierre Nkurunziza --quien ha estado en el cargo desde 2005--, ha destacado además que cumplirá su trabajo en beneficio de todos los burundeses, sin distinciones, según ha informado el diario independiente 'Iwacu'.
La comisión electoral de Burundi anunció el lunes que Ndayishimiye se había hecho con cerca del 69 por ciento de los votos, imponiéndose así con amplitud al principal candidato opositor, Agathon Rwasa, quien habría recabado el 24,19 por ciento de las papeletas.
El organismo destacó que Ndayishimiye se ha impuesto con holgura en todas las provincias del país, un resultado que también ha logrado el CNDD-FDD en las legislativas que se celebraron ese mismo día, en las que logró el 68 por ciento de los votos, frente al 22,43 por ciento recabado por el CNL.
En este sentido, el vice secretario general del partido gubernamental, Joseph Ntakarutimana, ha destacado que la jornada electoral "fue una victoria de todos los burundeses". "De los que nos han votado, de los que no, de los que nos quieren, de los que no (...) Somos un mismo país y vivimos en la felicidad y la paz", ha añadido.
Asimismo, ha rechazado las acusaciones de la oposición y ha argüido que "en África, y particularmente en Burundi, cada vez que hay elecciones hay cólera, desesperación, porque quizá se ha soñado demasiado". "Cuando ese sueño no se hace realidad, quizá perdemos la cabeza y usamos un lenguaje inadecuado y florido, lo que es normal", ha zanjado.
El portavoz del CNL, Terence Manirambona, resaltó el lunes que el partido "cuenta con todas las pruebas y las cifras reales de estas elecciones", al tiempo que adelantó a la agencia alemana de noticias DPA que acudirán a los tribunales para "buscar justicia".
Rwasa criticó el jueves tras el anuncio de los resultados provisionales --en los que Ndayishimiye marchaba en cabeza con el 80 por ciento de los votos-- que los mismos "no se corresponden con la realidad", tras lo que criticó durante el fin de semana que la votación "no se celebró en condiciones normales para una elección considerada como democrática".
Así, manifestó que "son resultados inventados que no son fiables" y señaló que "el fraude electoral ha estado planificado". Por ello, adelantó que el CNL recurriría a los tribunales una vez se publicaran los resultados, con el objetivo de pedir la intervención del Tribunal Constitucional.
REPUNTE PREVIO DE LA VIOLENCIA
Las elecciones estuvieron marcadas por un repunte de la violencia y ante el temor de que el país se vea arrastrado a una crisis violenta como la de 2015, cuando Nkurunziza decidió presentarse a un tercer mandato, a pesar de que la oposición denunciaba que ello violaba el acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil (1993-2005).
La comisión de investigación de la ONU para Burundi expresó el 14 de mayo su "alarma" por el "incremento de la intolerancia política" y los "numerosos actos de violencia y las violaciones de los Derechos Humanos" durante la campaña.
En su comunicado, resaltó que los enfrentamientos entre seguidores de los dos principales partidos "están en aumento", así como "el discurso de odio y la incitación a la violencia contra los opositores políticos, principalmente desde el CNDD-FDD".
La comisión afirmó que "los cercanos al partido gubernamental siguen contando con una impunidad prácticamente total por sus abusos, incluidos los responsables de actos violentos" y apuntó igualmente a la "falta de independencia e imparcialidad" de la comisión electoral.
La votación tuvo lugar además en ausencia de observadores de los principales organismos regionales e internacionales, incluidos los de la ONU, la Comunidad Africana Oriental (EAC) y organizaciones civiles, a raíz de las críticas a las elecciones de 2015.
Asimismo, se celebró en medio de la pandemia de coronavirus y menos de una semana después de que el Gobierno expulsara del país al jefe de la delegación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto a otros tres integrantes de la misma, sin ofrecer ningún motivo para justificar su decisión.