MADRID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha advertido este lunes de que el Gobierno está preparado para utilizar la fuerza si es necesario en caso de que fracase la nueva ronda de conversaciones de paz con los rebeldes maoístas, que han arrancado este lunes en Países Bajos.
Si bien no se han ofrecido más detalles, Duterte ha puesto nuevas condiciones para las negociaciones, según recoge la cadena ABS-CBN. El Gobierno y la guerrilla comunista acordaron retomar las conversaciones de paz y restaurar la tregua tras varias semanas de enfrentamientos después de que el Nuevo Ejército del Pueblo (NEP) pusiera fin al alto el fuego el 10 de febrero.
En el marco de esta nueva ronda de conversaciones, las dos partes discutirán los términos de un alto el fuego más amplio, después de que entraran en vigor sus respectivas declaraciones de tregua.
"El alto el fuego unilateral es un preludio a un alto el fuego bilateral interino, para el que son necesarios más encuentros entre las partes para determinar y acordar los términos y mecanismos", argumentó el Gobierno.
Los rebeldes maoístas anunciaron a principios de enero el fin del alto el fuego con el Gobierno a partir del 10 de febrero, acusando al presidente de incumplir los términos del acuerdo.
"El Gobierno no ha cumplido con su obligación de amnistiar y liberar a todos los presos políticos", resaltó el portavoz del NEP, Ka Oris, recordando que las liberaciones debían haber tenido lugar 60 días después del anuncio del alto el fuego, el 28 de agosto de 2016.
En respuesta, el mandatario aseguró que las exigencias de los rebeldes en cuanto a la liberación de presos políticos son "irracionales".
"Ya hice todo lo necesario para liberar a sus líderes y ahora me piden que libere a otros 400 presos políticos (...). No soy el dueño de la República de Filipinas, no decido solamente yo, tengo que consultar con el pueblo y los militares", argumentó.
El NEP, brazo armado del partido comunista integrado por unos 3.000 hombres, opera principalmente en el este y el sur de Filipinas.
El alto el fuego fue pactado en Oslo como parte de un acuerdo que tiene como objetivo acelerar el proceso de paz y acabar con un conflicto que comenzó hace más de 50 años y que se ha cobrado la vida de alrededor de 40.000 personas.