MADRID 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., ha pedido este viernes al Parlamento evitar un proceso de 'impeachment' contra la vicepresidenta, Sara Duterte, a pesar de las amenazas de muerte vertidas por la política filipina, que ha dicho haber contratado a un sicario para matar a Marcos y su mujer en caso de que ella sea asesinada.
A pesar del aumento de la tensión entre los dos altos cargos, una relación que sigue deteriorándose a medida que avanza el mandato, el presidente ha descartado esta medida por considerar que iría en detrimento del "pueblo filipino". En este sentido, ha instado a sus socios a dejar de lado la idea de impulsar un proceso de destitución contra Duterte.
"En el gran conjunto de las cosas, Sara no es importante. Por favor, evitad el proceso de 'impeachment'", ha señalado antes de afirmar que es mejor "no perder el tiempo" con estas cuestiones, que no van a repercutir en la vida de la población del país asiático.
"Si alguien presenta esta solicitud, esta irá a la Cámara Baja, luego al Senado, y simplemente nos quitará tiempo y no nos llevará a nada. Nada de esto hará que mejore la vida de los filipinos", ha puntualizado, según informaciones recogidas por el diario 'The Philippines Star'.
No obstante, la propia Duterte ha acusado previamente al presidente de "querer echarla del cargo" y ha asegurado que "nada puede ya arreglar" la relación entre ambos, que ha llegado a un "punto de no retorno". Marcos Jr., por su parte, ha aclarado que "nunca se sabe" y ha apostado por luchar contra complot para asesinarle si Duterte muere.
Las relaciones entre las familias Marcos y Duterte han empeorado significativamente durante los últimos meses de cara a las elecciones generales de mitad de mandato previstas para 2025. La hija del expresidente Rodrigo Duterte insiste en que está siendo objetivo de un complot para asesinarla y que la contratación de ese supuesto sicario responde a este entramado.
La disputa se intensificó en junio, provocando la dimisión de Duterte como ministra de Educación. Unos meses antes, su padre había acusado a Marcos de ser un "drogadicto", mientras que Marcos achacó estas declaraciones al grave deterioro de la salud de Duterte por el consumo prolongado de fentanilo, un opiáceo. Por ahora, ninguno de los dos ha aportado pruebas que respalden sus acusaciones.