Amnistía Internacional acusa a las autoridades iraníes de divulgar mentiras sobre los manifestantes y cifra los muertos en 82
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, ha asignado al ministro del Interior, Ahmed Vahidi, una investigación "exhaustiva" sobre los disturbios en Zahedán, que se han saldado con más de 80 muertos, tras la violación de una niña baluchí de 15 años por parte del jefe de la Policía de Chabahar.
Los manifestantes concentrados tras los rezos del viernes en Zahedán, capital de la provincia de Sistán y Baluchistán, fueron duramente reprimidos por las fuerzas de seguridad. La Campaña de Activistas Baluchíes publicó un listado de 41 fallecidos el domingo, que aumentó el martes a 63.
Amnistía Internacional ha cifrado los muertos, según sus recuentos, en 82, en unas protestas en las que las fuerzas de seguridad iraníes utilizaron balas, perdigones metálicos y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
En este sentido, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnes Callamard, ha puntualizado que "la cruel violencia desatada por las fuerzas de seguridad de Irán no se produce en el vacío". "Es el resultado de la impunidad sistemática y de una respuesta deslucida de la comunidad internacional", ha aclarado.
"Vestidos de civil, dispararon contra manifestantes y transeúntes desde los techos de varias casas cercanas, como lo corroboran fotografías compartidas por activistas", ha denunciado AI en un comunicado, agregando que las víctimas recibieron disparos en la cabeza, el corazón, el cuello y el torso, lo que revela "una clara intención de matar o herir gravemente".
AI ha registrado los nombres de 66 personas muertas, pero cree que el balance es mayor. La organización también ha registrado los nombres de 16 personas en relación con distintas protestas en otras partes de Zahedán desde el 30 de septiembre y ha precisado que continúa investigando estas muertes.
"Entre los muertos se encuentran al menos tres niños, dos de los cuales murieron durante el incidente de la mezquita de Mosalla el 30 de septiembre y otro que murió en un incidente separado el mismo día. La organización está investigando informes sobre la muerte de al menos otros cuatro niños en Zahedán desde el 30 de septiembre", ha relatado.
Ante todas estas muertes, la ONG ha culpado a las autoridades de difundir relatos falsos por culpar a "terroristas", "alborotadores" y "separatistas" a los manifestantes, al tiempo que han señalado que se han difundido vídeos de declaraciones autoincriminatorias.
"Dados los patrones bien documentados de las autoridades iraníes de producir y transmitir declaraciones bajo coacción de los detenidos para encubrir violaciones de Derechos Humanos, a Amnistía Internacional le preocupa que tales declaraciones se hayan obtenido bajo coacción", ha precisado.
De esta forma, la ONG ha explicado que solo una minoría de manifestantes tiraban piedras hacia la comisaría, por lo que nada justifica que las fuerzas de seguridad iraníes utilizaran "la fuerza letal" contra los que se encontraban en las calles.
"La evidencia también revela que muchas de las víctimas que murieron durante el incidente recibieron disparos en la parte posterior de la cabeza o en el torso, lo que indica que estaban de espaldas a las fuerzas de seguridad y no representaban una amenaza inminente para la vida o lesiones graves", ha zanjado.
En un primer momento, el Gobierno defendió la actuación policial esgrimiendo que los manifestantes intentaron asaltar tres comisarías de la ciudad. Sin embargo, el presidente iraní ha ordenado este jueves que Vahidi se desplace hasta el lugar para comenzar los preparativos de cara a investigar la violencia en la provincia, según ha informado la agencia de noticias ISNA.
Las protestas costaron la vida al jefe de Inteligencia de la Guardia Revolucionaria en la provincia de Sistán y Baluchistán, identificado como Alí Musavi, según confirmó la agencia de noticias estatal Tasnim, también afín al ala ideológica del Ejército iraní.
Musavi habría muerto durante el asalto protagonizado por "un grupo de elementos contrarios al régimen" cerca de la mezquita de Makki, donde comenzaron a abrir fuego indiscriminado, siempre según la versión de las autoridades.
Posteriormente, las fuerzas de seguridad mataron al responsable de la muerte de Musavi, un "francotirador" que falleció en una operación de la unidad Salmán de la Guardia Revolucionaria, el cuerpo militar e ideológico de élite de la República Islámica.