MADRID, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita, ha prometido que el Gobierno procederá a desarmar a todos aquellos que tengan armas de forma ilegal en el país, al tiempo que ha negado la existencia de un conflicto intercomunitario a raíz de los continuados ataques contra peul y dogon en el centro del país.
Keita visitó este jueves la localidad de Sobane, de mayoría dogon, atacada en la noche del domingo al lunes presuntamente por peul armados, según algunos responsables locales, y se reunió con algunos de los supervivientes del ataque, que dejó 35 muertos, entre ellos 24 niños.
El mandatario, que viajó acompañado de varios ministros y líderes religiosos, recalcó que "solo los militares deben portar armas para defender el país, garantizar la seguridad de la población y sus bienes". En este sentido, aseguró que "el Estado procederá inmediatamente al desarme de todos aquellos que poseen ilegalmente armas y quien se niegue a entregarla será sancionado severamente por la ley".
Keita aprovechó para instar a los jóvenes a no dejarse influir por los enemigos de la paz en Malí. "No les escuchéis y no les sigáis, no aceptéis jamás hacer justicia con cualquier tipo de venganza", les pidió.
"No aceptéis enrolaros en cualquier milicia", añadió, en referencia aparentemente tanto a los grupos yihadistas que operan en el país como a los grupos de autodefensa que han surgido frente a los ataques de los primeros. "Aquellos que están ahí para influiros y aconsejaros mal lo pagarán muy pronto ante la justicia", prometió el mandatario.
Por otra parte, el presidente trató de echar por tierra la idea de que el país, sobre todo la parte central, vive sumida en un conflicto intercomunitario, al hilo de los continuados ataques en los últimos meses. "Los dogon y los peul son dos comunidades que siempre han vivido en perfecta simbiosis", sostuvo, según informan los medios locales y la Presidencia.
"Todos aquellos que elaboran hoy en día tesis dudosas deberían revisar su copia", sostuvo. En todo caso, añadió, "no hay que echar más leña al fuego: no existe ningún conflicto interétnico, lo digo claramente".
"NO EXISTE NINGÚN CONFLICTO INTERÉTNICO"
Según Keita, lo que hay es "una excrecencia de lo que hemos vivido en el norte y que todavía seguimos viviendo en el norte pero que quiere enmascararse". Sin embargo, "no nos sorprenderá porque sabemos de qué se trata", agregó.
El presidente se refirió así a la revuelta tuareg que estalló en 2012 en el norte del país aprovechando el vacío de seguridad tras un golpe de Estado. El levantamiento armado fue rápidamente secuestrado por diversos grupos islamistas armados, lo que forzó la intervención militar de Francia cuando empezaron a avanzar hacia el centro del país.
Las autoridades malienses temen que se produzcan actos de represalia contra la comunidad peul, habida cuenta además de que la milicia Dan Nan Ambassagou, acusada de la masacre de más de 150 peul en Ogossagou en marzo, anunció el inicio de "la lucha por la salvaguarda de la dignidad y la libertad" de los dogon.
El Gobierno maliense no ha querido señalar con el dedo a los responsables del ataque, más allá de atribuirlo a "terroristas", si bien algunos responsables locales han atribuido el suceso, en el que murieron 24 niños, a peul armados.
La comunidad peul, que tradicionalmente se dedica al pastoreo, es vista con suspicacia en la zona ante la creciente presencia de grupos islamistas, ya que estos han encontrado en los jóvenes peul una importante fuente de reclutas porque se sienten abandonados por el Estado central. Como resultado, los incidentes y enfrentamientos con otras etnias como la dogon, dedicada a la agricultura, se han hecho cada vez más frecuentes.
Los milicianos islamistas han explotado desde hace mucho las tensiones entre los grupos étnicos en el Sáhara y el Sahel para expandir sus operaciones y reclutar a nuevos miembros.
Los datos del Armed Conflict Location & Event Data Project (ACLED) muestran que la violencia intercomunitaria ha causado más muertos que los grupos yihadistas en Malí en lo que va de año, por primera vez desde que lleva a cabo un recuento.