Actualizado: lunes, 24 julio 2017 11:35

MANILA, 24 Jul. (Reuters/EP) -

El presidente de la cámara baja del Parlamento filipino, Pantaleón Álvarez, máximo aliado del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha propuesto este lunes nuevos proyectos de ley para legalizar el divorcio y reconocer legalmente las uniones civiles entre personas del mismo sexo, una iniciativa que ha suscitado opiniones enfrentadas, especialmente entre la comunidad religiosa de Filipinas, un país principalmente católico, que intentará bloquear la modificación de la legislación.

De tener éxito la propuesta, Filipinas se convertiría en la primera nación del sudeste asiático en legalizar las uniones de personas del mismo sexo. Un total de veintisiete países, sobre todo en Europa Occidental, han reconocido legalmente este derecho. La legalización se propuso en 2006 pero la propuesta no tuvo éxito, sin embargo, este nuevo intento podría ganar fuerza ya que Álvarez cuenta con grandes apoyos.

En las encuestas más recientes los filipinos han rechazado ampliamente los matrimonios entre personas del mismo sexo. En la última encuesta de opinión, realizada en 2015, casi el 70 por ciento, de 1.200 encuestados, estaban en desacuerdo con la modificación de la normativa.

"En la actualidad, incluso se excluye a ciertas personas de su entorno", ha lamentado Álvarez. "Nuestros ciudadanos no deben ser excluidos de la sociedad sólo por la persona que aman y deben ser tratados con igualdad ante la ley", ha añadido.

El congresista Teodoro Baguilat ha descrito la propuesta como "audaz, clara y progresista". Por su parte, el diputado Tom Villarina ha dicho que el Congreso debería centrarse en aprobar un proyecto de ley contra la discriminación, propuesto por la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, porque la legalización ya cuenta con un amplio apoyo.

DIVORCIO

Por otra parte, con respecto al divorcio, Álvarez ha declarado que se debe permitir que los ciudadanos se divorcien legalmente tanto como a las parejas del mismo sexo se les debe permitir que se unan. El Vaticano y Filipinas son los únicos estados en los que el divorcio no está permitido.

Álvarez ha declarado que la legalización del divorcio fortalecería los derechos de los menores, ya que habría menos niños ilegítimos. El divorcio, ha asegurado, sería un proceso mucho menos tedioso y costoso que la anulación del matrimonio, que puede llevar años.

"Ya no tendrán que discutir delante de un juez sólo para convencer al magistrado de que su matrimonio debería ser declarado nulo", ha explicado Álvarez.

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