Duda se reúne con el primer ministro y le pide "restituir" la situación "de acuerdo a la ley"
MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El presidente de Polonia, Andrzej Duda, ha rechazado este lunes el cese del hasta ahora fiscal nacional del país, Dariusz Barski, una polémica decisión que dificulta los intentos del nuevo primer ministro, Donald Tusk, para sacar adelante una reforma del poder judicial.
Barski, que era el fiscal de mayor rango por detrás del fiscal general de Polonia, Adam Bodnar, había sido cesado el viernes después de que el Ministerio de Justicia presentara una ley para reformar el mecanismo de elección de los jueces polacos, un primer paso por restaurar la independencia judicial ante las numerosas críticas vertidas contra Polonia a nivel internacional.
No obstante, Duda no ha dado el visto bueno a la destitución del fiscal, que fue nombrado por el predecesor de Tusk, Mateusz Morawiecki, también del partido Ley y Justicia (PiS). Así, ha defendido que Barski "sigue en el cargo", según un comunicado difundido a través de sus redes sociales.
Así, ha recalcado que "todas las acciones tomadas por el Ministerio de Justicia son ilegales" antes de reunirse con Tusk, al que ha pedido "restituir" la situación "de acuerdo con la ley". "Hemos hablado de asuntos muy importantes para Polonia", ha aseverado antes de matizar que "no se consultó con él la decisión" de cesar al fiscal.
"No se ha llevado a cabo procedimiento legal alguno al respecto, esto quiero recalcarlo. No ha habido consulta de ningún tipo", ha aseverado, según informaciones recogidas por el diario 'Rzeczpospolita'.
En este sentido, ha matizado que la legislación polaca establece que el cese del fiscal nacional únicamente puede realizarse después de que el primer ministro consulte su salida con el presidente del país, si bien ha advertido de que esta consulta "no se ha producido".
Es por ello que ha afirmado que la carta enviada por Bodnar "carece de valor legal". "Si eso es así, cualquier funcionario podría enviar una letra similar al fiscal general", ha expresado antes de recalcar que "no cabe duda de que se ha producido una violación de la ley".
Esto supone un recrudecimiento de la tensión a nivel interno en relación con el Estado de Derecho en Polonia, donde el Gobierno de Tusk, proeuropeo, busca desmantelar los ocho años de gobierno nacionalista del PiS.