VARSOVIA, 23 Feb. (Reuters/EP) -
El presidente de Polonia, Andrzej Duda, miembro del partido euroescéptico Ley y Justicia (PiS), ha acusado al expresidente Lech Walesa de colaborar con los servicios secretos de la era comunista, reavivando el debate público sobre el pasado del antiguo líder para la transición democrática del país.
"Siento que el presidente Lech Walesa no hiciera un gesto a los polacos en su momento (...) Habla claro y di la verdad", ha señalado Duda, en declaraciones recogidas por medios locales. "Puedo expresar mi tristeza personal como una persona que apoyó a Walesa y que lo respeta como presidente", ha añadido.
El Instituto Nacional de la Conmemoración de Polonia confirmó hace unas semanas la autenticidad de unos documentos que le entregó la viuda de un ministro del Interior del régimen que sugieren que Walesa --líder del movimiento sindical Solidaridad, que impulsó la caída del comunismo en Polonia-- fue un informante de las autoridades comunistas en los años 70. Walesa, de 72 años de edad, ha afirmado que defenderá su inocencia ante los tribunales.
Walesa, que ocupó la Presidencia de Polonia desde 1990 hasta 1995, ha reconocido que suscribió un acuerdo con el servicio secreto comunista, aunque nunca llegó a completarlo. Un tribunal especial le exoneró en 2000, tras no encontrarse pruebas de la colaboración.
A pesar de que el Instituto Nacional de la Conmemoración de Polonia ha insistido en la veracidad de los documentos, no ha podido confirmar que Walesa los firmara o que su rúbrica no hubiera sido falsificada, como se ha podido constatar en algunos archivos del servicio secreto.
ANTIGUAS RIVALIDADES
El Instituto, afín al partido gobernante, publicó estas informaciones dos meses después de que Walesa acusara al PiS de intentar debilitar la democracia polaca, tras conseguir una mayoría parlamentaria en las elecciones de octubre.
El líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, mantiene una larga enemistad con el expresidente y sus detractores afirman que la formación gobernante está iniciando una suerte de venganza contra Walesa, todavía considerado un héroe nacional entre muchos polacos. El PiS ha rechazado en todo caso las acusaciones y ha sostenido que sus actos pretenden defender la democracia y la transparencia.
El ministro de Exteriores, Witold Waszczykowski, ha señalado que los documentos autentificados podrían sugerir un posible liderazgo de los comunistas en la transición hacia la democracia. "El presidente Walesa podría haber sido una marioneta y estos archivos pueden clarificarlo", ha sugerido en declaraciones a la televisión TVN.