El calendario del 'impeachment' se mantiene, por lo que el Congreso decidirá esta semana
BRASILIA, 9 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Senado de Brasil, Renan Calheiros, ha rechazado la orden de su homólogo de la Cámara de Diputados, Waldir Maranhão, de devolver el 'impeachment' contra Dilma Rousseff a la cámara baja por "vicios" en las votaciones, manteniendo así el ritmo del proceso de juicio político contra la presidenta brasileña.
Maranhão ha informado este lunes en un comunicado de que ha decidido "acoger en parte" la petición del Abogado General de la Unión, José Eduardo Cardozo, que reclama la nulidad de las sesiones celebradas el 15, 16 y 17 de abril en la Cámara de Diputados, en las que se votó a favor del 'impeachment'.
"He desechado la argumentación de nulidad hecha en relación con los motivos presentados por los diputados en el momento de la votación, por entender que no existieron vicios en sus declaraciones", ha explicado el nuevo jefe de la cámara baja.
"He acogido las demás argumentaciones por entender que efectivamente hubo vicios que convierten en nulas de pleno derecho las sesiones en cuestión", ha anunciado. Maranhão ha reprochado que los diputados revelaran el sentido de su voto antes de conocer el alegato de Cardozo y que apenas le dejaran hablar, lo que vulneraría el derecho a la defensa.
En consecuencia, Maranhão ha pedido al presidente del Senado --donde estaba actualmente el proceso de 'impeachment-- que devuelva las actuaciones a la Cámara de Diputados para que se repita la votación sobre la conveniencia de celebrar un juicio político contra Rousseff.
La respuesta de Calheiros ha llegado poco después desde la tribuna del Senado. Para el responsable de la cámara alta la orden de Maranhão es "absolutamente intempestiva" porque las actuaciones ya han superado la fase de intervención de la Cámara de Diputados.
"Aceptar este juego en la democracia sería comprometerme personalmente en un retraso del proceso, y no corresponde al presidente del Senado decidir si el proceso es justo o injusto", ha esgrimido Calheiros, según informa la prensa local.
MISMO CALENDARIO
Calheiros ha frenado así el intento de la Cámara Baja de celebrar una nueva votación para que el pleno decida sobre el 'impeachment', lo que brindaría a Rousseff una segunda oportunidad de sumar los apoyos necesarios para frenarlo, ya que en la ronda de abril los diputados dieron su 'placet' con 344 votos, solo dos más de los necesarios.
Así las cosas, el calendario del 'impeachment' sigue según lo previsto, de modo que el próximo miércoles arrancará la votación en el pleno del Senado para decidir --con una mayoría simple de al menos 41 de los 81 senadores-- si abre un juicio político contra Rousseff por irregularidades contables.
En este escenario, Rousseff quedaría cesada temporalmente y su vicepresidente, Michel Temer --también amenazado por un 'impeachment' por autorizar créditos públicos sin el consentimiento del Congreso--, asumiría el cargo de forma interina.
Tras una investigación de un máximo de 180 días, se celebraría un juicio político en el Senado dirigido por el presidente del Tribunal Supremo. Si dos tercios de los senadores (54), habiendo un quórum de 42, respaldan la destitución, ésta será definitiva.
GIRO INESPERADO
La orden de Maranhão ha provocado una auténtica tormenta política. Muchos ya habían advertido de que el nuevo presidente de la Cámara de Diputados, que llegó al cargo la semana pasada tras la destitución de su antecesor, intentaría favorecer a Rousseff.
El anterior jefe de los Diputados, Eduardo Cunha, --cesado por el Supremo por beneficiarse del cargo-- había calificado de "absurda, irresponsable y antirreglamentaria" la orden de su sucesor. "Evidencia una interferencia indebida y una tentativa desesperada de evitar la consumación" del 'impeachment', ha considerado.
En la misma línea se ha expresado Miguel Reale Junior, uno de los autores de la denuncia contra Rousseff que inició el 'impeachment'. "Es una decisión completamente absurda. La Cámara de Diputados ya no tiene competencia sobre el asunto", ha sostenido.
Rousseff, que ha admitido que desconocía las consecuencias jurídicas de la orden de Maranhão, ha hecho un llamamiento a la "cautela" y ha insistido en que es víctima de un golpe de Estado encubierto. "Mi disposición es luchar hasta el final. Tenemos que defender la democracia", ha subrayado.