MADRID 30 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Senegal, Bassirou Diomaye Faye, inicia este jueves una nueva gira en la región en la que realizará visitas a Malí y Burkina Faso, ambos gobernador por juntas militares, en la que será su primer desplazamiento a alguno de los integrantes de la recientemente creada Alianza de Estados del Sahel (AES).
La Presidencia senegalesa ha detallado en un breve comunicado en su cuenta en la red social Facebook que el avión que traslada a Faye ha despegado ya desde la capital, Dakar, y ha agregado que las visitas "son parte de una dinámica de refuerzo de los lazos históricos de buena vecindad, amistad fraterna, solidaridad y cooperación multiforme".
La gira de Faye tiene lugar después de que acometiera una serie de desplazamientos a otros países africanos, entre ellos Mauritania, Gambia, Nigeria, Ghana, Guinea Bissau y Costa de Marfil, tras pronunciarse a favor de la vuelta de los países de la AES --Burkina Faso, Malí y Níger-- al seno de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
Estos tres países se retiraron del bloque regional por las sanciones impuestas a raíz de la serie de golpes de Estado entre 2020 y 2023 que derrocaron a los presidentes electos e instauraron sendas juntas militares en Bamako, Uagadugú y Niamey, lo que los llevó a crear la AES para estrechar sus lazos con el objetivo declarado de reforzar la lucha contra el terrorismo.
Burkina Faso, Malí y Níger han sufrido un drástico repunte de los ataques por parte de grupos yihadistas, incluidas las ramas de Al Qaeda y Estado Islámico, que ha provocado además enfrentamientos intercomunitarios y grandes desplazamientos de población hacia otros países de la región, ante la preocupación internacional sobre una posible expansión de la inseguridad.
Por otra parte, Faye ha abogado además por "repensar" la relación entre Dakar y la Unión Europea (UE), mientras que el primer ministro senegalés, Ousmane Sonko, puso recientemente sobre la mesa la posibilidad de cerrar las bases militares de Francia argumentando que la soberanía nacional "es incompatible con la presencia de bases militares extranjeras".
Las juntas militares de Burkina Faso, Malí y Níger ya ordenaron la expulsión de los militares franceses tras las asonadas, en un alejamiento de la antigua potencia colonial que los ha llevado además a estrechar lazos con Rusia, lo que ha provocado igualmente recelos entre Estados Unidos y sus socios.