TAIPEI 5 Nov. (Reuters/EP) -
El presidente de Taiwán, Ma Ying Jeou, ha dicho este jueves que la histórica reunión con su homólogo chino, Xi Jinping, que tendrá lugar el próximo sábado en Singapur, servirá para normalizar los lazos con China y niega que tenga nada que ver con un intento de destacar los éxitos del partido gobernante de cara a las elecciones del próximo mes de enero en la isla.
En sus primeras declaraciones públicas desde el anuncio del esperado encuentro, Ma ha asegurado que las conversaciones que mantengan el sábado "serán transparentes", insistiendo en que podrían ayudar a reducir las hostilidades entre ambas naciones "a corto plazo".
"Vamos a explicar la situación real al presidente Xi, principalmente sobre el estatus de Taiwán, para que puedan entender mejor el contexto a la hora de formular futuras políticas a través del Estrecho", ha agregado el presidente taiwanés, que asegura que sólo piensa en la "felicidad" de la próxima generación de habitantes de Taiwán.
Ma, quien dejará su cargo el próximo año --tras los comicios-- debido a los límites de mandato, ha hecho de la mejora de los vínculos económicos con China una política clave desde que asumió el cargo en 2008. En este periodo ha firmado importantes acuerdos de negocios, pero no se han logrado avances en la resolución de sus diferencias políticas.
El presidente de Taiwán ha añadido que la disputa sobre el mar de China Meridional, que se ha agravado recientemente con la intervención de Estados Unidos, no será tema de discusión durante el encuentro del sábado. Tanto China como Taiwán tienen pretensiones en la mayor parte de la vía marítima, aunque Taipei ha mantenido tradicionalmente un perfil bajo en la disputa.
Preguntado acerca de la impresión que le transmite Xi, Ma ha respondido que todavía no le conoce. "No tengo una primera impresión de él. Una vez que le conozca podré decirte", ha señalado. Asimismo, ha indicado que Washington ha sido informado desde un primer momento de todos los avances en torno a la reunión.
El encuentro entre Ma y Xi tiene un carácter "histórico" porque será el primero entre los máximos dirigentes de Taiwán y China desde 1950, cuando se estableció un alto el fuego entre los nacionalistas del Kuomintang refugiados en la isla y los comunistas del PCCh en el continente.