Actualizado: viernes, 23 septiembre 2016 19:43

NUEVA YORK 23 Sep. (Reuters/EP) -

El presidente en el exilio de Yemen, Abd Rabu Mansour Hadi, ha pedido a la ONU que ayude a "librar" a su país "de las garras de Irán" y ha acusado a Teherán de impedir la paz por intervenir en el país del lado de la insurgencia.

Desde marzo de 2015, una coalición liderada por Arabia Saudí ha estado combatiendo contra los rebeldes huthis, aliados de Irán, con el objetivo de restaurar el Gobierno de Hadi, derrocado por los rebeldes cuando tomaron la capital, Saná.

Arabia Saudí considera que Irán es una amenaza potente para la estabilidad en Oriente Próximo debido a su apoyo hacia las milicias chiíes, a las que Riad acusa de llevar a cabo violencia sectaria.

Por otro lado, Teherán considera que los huthis tienen una autoridad legítima en Yemen pero siempre ha negado que este aprovisionando con armas a los rebeldes. Los huthis, por su parte, defienden estar luchando en una revolución contra un gobierno corrupto y sus apoyos del Golfo.

"Debemos librar a Yemen de las garras de Irán, debemos izar la bandera yemení sobre cada metro de nuestra preciosa tierra yemení y crearemos las bases para un Estado federal justo", ha defendido Hadi en un discurso pronunciado ante la reunión anual de líderes internacionales en la sede de Naciones Unidas.

La ONU ya patrocinó unas conversaciones que buscaban poner fin a un conflicto en el que ya han muerto más de 10.000 personas, pero éstas acabaron el mes pasado sin resultado.

"Decimos ante todo el mundo de manera clara que el extremismo y el terrorismo sectario avalado en la región por parte de Irán ha creado y creará una respuesta", ha asegurado Hadi.

Hadi nombró este domingo al nuevo gobernador del banco y ordenó que la entidad se trasladara a la ciudad de Adén, localizada en el sur del país y controlada por el Gobierno, algo que ahonda aún más la difícil situación económica y de recursos por la que pasa el país.

Varias voces diplomáticas se muestran de acuerdo en que el banco ha mantenido su imparcialidad durante la guerra civil que dura ya 18 meses. El banco supone el último pilar del sistema financiero yemení y una garantía en la importación de alimentos.

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