BRUSELAS, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
Centros penitenciarios de Bélgica han puesto en marcha talleres voluntarios para que presos fabriquen mascarillas sanitarias que serán puestas a disposición del servicio de salud, ante la falta de suministros que sufre el sistema sanitario público de Bélgica.
De esta manera los reclusos van a contribuir con estos talleres a aliviar la situación en los hospitales locales. "Los presos quieren ser realmente útiles. Están muy preocupados, tanto por sí mismos, como por los demás y, por eso, se les ha pedido si pueden ayudar con esta iniciativa", ha asegurado la portavoz de la Dirección General de Prisiones, Kathleen Van de Vijver.
"Los reclusos están realmente motivados con poder ayudar a reducir la propagación del coronavirus", ha asegurado en declaraciones a prensa local, en las que ha explicado que las mascarillas se fabricarán con tela y no hará falta desesterilizarlas, sino lavarlas a alta temperatura.
La experiencia piloto se ha puesto ya en marcha en la prisión de Audenaerde, en el noroeste del país, que se centrará en la producción de este material médico. Anteriormente este centro penitenciario y el de Brujas ya habían trabajado en la producción de uniformes sanitarios. Se espera que las cárceles de Merksplas, en el norte, y Saint-Gilles, en Bruselas, se puedan sumar a este proyecto.
La falta de suministros azota al sistema sanitario belga, que en las últimas horas podría haber sido víctima de una estafa por parte de una empresa turca a la que las autoridades belgas habían contratado el abastecimiento de material sanitario. No obstante, el país se puso en contacto con otros proveedores y desde China llegó, este lunes, un cargamento de 300.000 mascarillas.
Ante la crisis del coronavirus, el Servicio Público de Salud lanzó una campaña para que los ciudadanos que tengan mascarillas en casa las pongan a disposición de los hospitales.