MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, se ha mostrado partidario de mejorar las relaciones con China, dañadas por los aranceles impuestos por Pekín a los productos australianos, a través de un enfoque "paciente, calibrado y deliberado".
"Debemos cooperar con China mientras podamos. Nos opondremos (a las acciones de Pekín) cuando sea necesario, pero también estamos comprometidos con nuestro interés nacional", ha indicado, agregando que ya están "viendo resultados" gracias a este enfoque.
Sus palabras son una señal a Pekín para que retire las restricciones en el marco de una cada vez mayor competencia en el sector comercial mundial, fundamentalmente liderada por Estados Unidos a través del Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (CPTPP), del que forman parte once países.
Albanese había dicho previamente tras reunirse con el primer ministro chino, Li Qiang, a su llegada a Shangái el sábado por la noche que es "positivo" y "constructivo" mantener un diálogo "respetuoso" con uno de sus principales socios comerciales.
El primer ministro australiano, que ya reveló en septiembre su intención de viajar a China para impulsar los lazos económicos bilaterales, se ha citado con empresarios del sector turístico antes de asistir a la Exposición Internacional de Importaciones de China en Shangái.
Albanese mantendrá otra reunión con Li antes de acudir a Pekín el lunes, donde tiene previsto verse con el presidente chino, Xi Jinping. Es la primera visita de este tipo de un líder australiano desde 2016, según ha informado el diario 'The Sydney Morning Herald'.
Las relaciones entre ambos países quedaron dañadas durante el anterior gobierno conservador de Scott Morrison, que pidió una investigación internacional sobre la pandemia de coronavirus. En respuesta, Pekín reaccionó imponiendo aranceles a algunas de las exportaciones del que ha sido siempre uno de sus principales socios económicos.
Además, un controvertido acuerdo de seguridad firmado entre las autoridades de Islas Salomón y las autoridades chinas tensó los lazos diplomáticos con Canberra debido a lo que por aquel entonces se estimaba como un hipotético despliegue de tropas chinas en el archipiélago.
Otro de los escollos en las relaciones entre ambos países fue el acuerdo suscrito por Estados Unidos, Reino Unido y Australia, conocido como AUKUS para potenciar la fabricación de submarinos de propulsión nuclear.