Archivo - El primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan - Stefan Rousseau/PA Wire/dpa - Archivo
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha mantenido esta noche una conversación con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en el marco de una ronda de contactos que incluye a líderes de Finlandia, Países Bajos y Reino Unido, en un aparente intento por desbloquear la posible ampliación de la OTAN.
Johnson ha compartido con su el dirigente turco su "satisfacción" ante el papel de liderazgo de Ankara para abordar la crisis alimentaria mundial que esta semana ha estado en el punto de mira debido a una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el aumento del hambre y la falta de abastecimiento en países sin recursos ni financiación.
En este sentido, el 'premier' británico ha subrayado a Erdogan la necesidad de "trabajar juntos" para asegurar "rutas de sumunistro vitales" de cara a mantener la producción y transporte de cereales provenientes de Ucrania, según un comunicado del número 10 de Downing Street.
Con respecto a la OTAN, Johnson ha reiterado la "amenaza" que representa Rusia para los vecinos europeos y ha enfatizado que tanto Finlandia como Suecia serían "valiosas" adiciones a la Alianza Atlántica. El primer ministro británico ha animado así a Turquía a "trabajar con sus homólogos suecos y finlandeses".
De esta forma, ha indicado que Reino Unido "está listo" para apoyar a Turquía en este nuevo proceso de negociaciones para facilitar una solución, sobre todo de cara a la cumbre de la OTAN en Madrid, que podría ser "histórica" para Helsinki y Estocolmo, en palabras del propio ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.
Sin embargo, Erdogan ha incidido en los peligros que vienen acompañados de la inclusión de Suecia y Finlandia en la Alianza Atlántica, pues dice, son naciones afines a personas y organizaciones bajo el control de el brazo armado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Según el mandatario, se autorizan manifestaciones de este tipo de grupos y se bloquean peticiones de extradición. En este sentido, ha subrayado que Turquía ya había expresado en varias ocasiones estas críticas en diversos foros y en reuniones bilaterales, pero se ha ofrecido de nuevo a brindar pruebas.
Bien es cierto que desde Estocolmo han rechazado cualquier vínculo con la organización y, de hecho, han llegado a catalogar discursos como este de "desinformación". "Quiero recordar que el gobierno de Olof Palme fue el primero tras el turco en declarar al PKK como organización terrorista en 1984", afirmó la ministra de Exteriores sueca, Ann Linde, el viernes en Twitter.
Así pues, el mandatario turco ha incidido en que, aunque la OTAN esté valorando la adhesión de Suecia y Finlandia al grupo, la reticencias de la sociedad turca contra este proceso no deberían ser ignoradas, según recoge la agencia turca de noticias Anadolu.
Erdogan también ha hablado este viernes con el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, y tiene también tiene conversaciones pendientes con autoridades de Finlandia. Asimismo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya confirmó el jueves que mantiene contacto con Turquía para este propósito.
Por otro lado, Johnson y Erdogan han dado la bienvenida a la asociación de defensa entre Turquía y Reino Unido, ya que el comercio entre ambas naciones, según ha precisado en un comunicado Londres, ha aumentado en 3.000 millones de libras esterlinas (3.547 millones de euros) en el último año.
De hecho, el presidente de la Agencia para la Industria de Defensa de Turquía, Ismail Demir, ha anunciado este viernes que Reino Unido ha levantado sus restricciones a las exportaciones militares turcas después de que Erdogan señalara que esta clase de limitaciones eran uno de los motivos que le impulsaban a vetar la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN.
Este fin de semana, el ministro de Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusolgu, lamentó que estas restricciones internacionales eran prueba de los vínculos entre países de la OTAN con estos grupos --considerados imprescindibles por Estados Unidos en la lucha contra Estado Islámico--, en particular Suecia y Finlandia, a los que acusó de actuar como "casa de invitados" para simpatizantes de estas organizaciones.