PRAGA, 20 Nov. (Reuters/EP) -
El primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, ha criticado al presidente del país, Milos Zeman, por apoyar a los grupos antimusulmanes y propagar un discurso del odio.
El presidente ha expresado frecuentemente su oposición a los islamistas, así como su rechazo a permitir el paso hacia Europa a los refugiados del devastado Oriente Próximo --unas declaraciones que fueron criticadas por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Raad al Hussein, hace un mes.
"En mi opinión, el mayor representante de República Checa, presidente de un país con una larga tradición humanista y democrática, no debería hablar en una concentración de una secta xenófoba que extiende un discurso del odio", ha señalado Sobotka en el diario 'Hospodarske Noviny'.
En la manifestación, organizada por el grupo "No queremos Islam en República Checa" y celebrada el martes, Zeman elogió a los más de 2.000 participantes por "mantener un pensamiento independiente" y descargó su ira contra la "manipulación" mediática que alienta un discurso pro-inmigración. El presidente también señaló que la mayoría de los refugiados que llegan a Europa son "jóvenes sanos y nutridos", que deberían luchar contra Estado Islámico en lugar de huir de él.
"Creo que ha cogido a mucha gente de nuestro país por sorpresa, aunque de una manera bastante desagradable", ha precisado Sobotka, quien añadió que su presencia en la manifestación molestó al conjunto del Partido Socialdemócrata, incluidos los partidarios de Zeman.
"Sobotka no dispone de la información adecuada, aunque debería, dadas las acusaciones que ha vertido (...). Creo que un primer ministro no debería actuar así", ha respondido Zeman a través de su portavoz en Twitter. El presidente, que no dispone de poder político para cambiar el sistema legal del país, también ha diferido de la corriente europea con su visión prorrusa de la crisis ucraniana.
República Checa ha visto cómo miles de inmigrantes han atravesado sus lindes este año, aunque la gran mayoría de los refugiados han continuado su camino hacia las fronteras austríacas en su pretensión de alcanzar Alemania. Sin embargo, el Gobierno checo, liderado por Sobotka, ha estado deteniendo y expulsando a los inmigrantes bajo una rigurosa interpretación de los acuerdos internacionales, aun cuando el resto de países mantenían sus fronteras abiertas. El Gobierno, que se ha opuesto al sistema de cuotas, ha pedido que se distribuya ayuda fuera de las fronteras comunitarias.