El primer ministro dice que es "una tragedia nacional"

OSLO, 23 Jul. (Reuters/EP) -

El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, ha afirmado este sábado que el tiroteo perpetrado por un hombre disfrazado de Policía en la isla de Utoya, que ha acabado con la vida de al menos 84 personas, es "una tragedia nacional", al tiempo que ha considerado que el campamento de verano que se celebraba allí ha pasado de ser "un paraíso" a "un infierno".

"Conocía a muchas de las personas que han perdido la vida. Conocía a los jóvenes y conozco a sus padres", ha afirmado Stoltenberg, en una rueda de prensa. "Lo que más me duele es que este lugar en el que he estado cada verano desde 1979, en el que sentido alegría, compromiso y seguridad, ha sido golpeado por una brutal violencia. Un paraíso de juventud se ha transformado en un infierno", ha añadido.

En su opinión, "lo que ha ocurrido en Utoya es una tragedia nacional. "Nunca desde la segunda Guerra Mundial nuestro país ha sufrido un crimen mayor", ha afirmado.

El primer ministro ha asegurado que no quiere especular sobre los motivos del atentado de Oslo y el tiroteo de Utoya. "Comparados con otros países, yo no diría que hemos tenido grandes problemas con los extremistas de derechas. Tenemos algunos grupos, los hemos vigilado anteriormente y nuestra Policía es consciente de que hay algunos grupos de extrema derecha", ha explicado.

"Ha habido algunos grupos de este tipo en Noruega pero reitero que no voy a especular. Esperaremos a (los resultados) de la investigación de la Policía antes de decir algo sobre el caso", ha añadido.

La Policía ha asegurado que al menos 84 personas han muerto en el tiroteo de Utoya y siete personas han fallecido en el atentado terrorista perpetrado en Oslo horas antes.

"Está fuera de toda comprensión y es como una pesadilla. Una pesadilla para los jóvenes que han muerto, para sus allegados, padres, madres y hermanos que han afrontado brutalmente la muerte pero también para los supervivientes y sus parientes", ha afirmado Stoltenberg.

"Todos los que estaban en Utoya están dañados de por vida. Los jóvenes han experimentado cosas a las que nadie debería estar expuesto: miedo, sangre y muerte", ha concluido.