MADRID, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Irlanda, Micheal Martin, ha subrayado este jueves que la dimisión del primer ministro británico, Boris Johnson, supone una "oportunidad" para una "verdadera alianza" entre los dos países.
"Ahora tenemos la oportunidad de volver al verdadero espíritu de alianza y respeto mutuo que se necesita para apoyar los logros del Acuerdo de Viernes Santo", ha aseverado, según un comunicado del Gobierno irlandés.
Así, ha señalado que aunque ambos han cooperado ampliamente, "no siempre han estado de acuerdo" y ha indicado que, en ocasiones, las relaciones entre los gobiernos han sido "tensas y complicadas".
"Esto es más importante hoy que nunca, y quiero instar otra vez a evitar cualquier tipo de acción unilateral, ya sea a la hora de lidiar con el pasado como con el Protocolo de Irlanda del Norte", ha dicho en relación al Brexit.
No obstante, ha reconocido que Johnson ha liderado el país en un momento "especialmente desafiante" debido a la pandemia de coronavirus y a la guerra en Ucrania. "Desde un punto de vista personal, soy consciente de que han sido semanas difíciles y le deseo todo lo mejor a él y su familia de cara al futuro", ha manifestado después de que Johnson anunciara su dimisión a la espera de que el Partido Conservador elija a su sucesor.
"Reino Unido es el vecino más cercano de Irlanda y las relaciones entre los dos países son largas, profundas y duraderas. El trabajo de los gobiernos es fundamental para la paz y la prosperidad de estas islas", ha subrayado.
Además, ha aprovechado la ocasión para aludir el hecho de que "Reino Unido y la Unión Europea estén trabajando de forma conjunta para responder a las acciones de Rusia contra Ucrania". "Tenemos que extender esto a otros ámbitos, como el Protocolo de Irlanda del Norte, que preocupan a toda la población y a todos los empresarios de la zona", ha recalcado.
Por su parte, el ministro de Exteriores irlandés, Simon Coveney, ha hecho hincapié en que su país está comprometido a trabajar con el nuevo primer ministro británico para proteger los logros compartidos en el proceso de paz.
El Acuerdo de Viernes Santo de 1998 puso fin a una sangrienta lucha entre los nacionalistas católicos, que buscaban la unificación de la isla de Irlanda, y los unionistas protestantes que defendían el mantenimiento de Irlanda del Norte como parte de Reino Unido. El conflicto provocó la muerte de más de 3.500 personas.