KUALA LUMPUR 19 Ene. (Reuters/EP) -
El primer ministro malasio, Nayib Razak, ha exigido este jueves a las autoridades birmanas que pongan fin a "la persecución" de la minoría musulmana rohingya y ha pedido a los países musulmanes que actúen para poner fin a lo que ha denominado como "una tragedia humanitaria".
No es la primera vez que las autoridades de Malasia se manifiestan en contra de Birmania, cuya población es mayoritariamente budista, por los ataques y la discriminación que sufre la comunidad rohingya. El pasado mes de octubre la situación empeoró considerablemente cuando las fuerzas de seguridad birmanas comenzaron una campaña de represión contra la minoría en el estado de Rajine, junto a la frontera con Bangladesh.
Al menos 86 personas han muerto y se estima que alrededor de 66.000 rohingya han huido a Bangladesh desde que el pasado 9 de octubre murieron nueve policías birmanos en un ataque contra un control fronterizo en el conflictivo estado de Rajine. El Gobierno culpó a la minoría rohinya, justificando así la campaña militar que ha estado llevando a cabo en la región.
"Las muertes deben parar. Las violaciones de niñas y mujeres deben parar", ha manifestado Nayib ante miembros de la Organización de Cooperación Islámica (OIC, por sus siglas en inglés), en una reunión convocada para hablar sobre la situación de la minoría rohingya.
"La persecución de nuestros hermanos y hermanas, simplemente por el hecho de que son musulmanes, debe parar", ha asegurado. Decenas de grupos de Derechos Humanos han denunciado que las fuerzas de seguridad birmanas han llevado a cabo ejecuciones sistemáticas, violado a mujeres y quemado casas con personas dentro.
No obstante, el Gobierno birmano, liderado por la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, ha negado por completo las acusaciones y ha asegurado que los informes presentados por las ONG son falsos. Las autoridades birmanas insisten que las tensiones en Rajine son un asunto interno de Estado.
Nayib, que participó en las protestas del mes pasado en Kuala Lumpur haciendo un llamamiento para una intervención extranjera que ponga fin al "genocidio", ha dicho que Birmania debe actuar. "Hacemos un llamamiento al Gobierno de Birmania para que ponga fin a todas las acciones discriminatorias y ataques contra los rohingyas de manera inmediata, y que lleve ante la justicia a los responsables", ha dicho el primer ministro malayo este jueves.
La comunidad rohingya lleva décadas haciendo frente a la discriminación de la población birmana. Para el Gobierno birmano, los rohingya no forman parte de la población del país, y son considerados como inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh, por lo que no cuentan con los derechos propios de un ciudadano.