ISLAMABAD 24 Ago. (Reuters/EP) -
El primer ministro de Pakistán, Shahid Jaqan Abbasi, ha contestado este jueves a las acusaciones lanzadas por Donald Trump y ha asegurado que es el Ejército de Estados Unidos el que ha mostrado su incapacidad para eliminar los principales santuarios de los milicianos en Afganistán.
La respuesta de Abbasi ha llegado después del anuncio de Trump acerca de la nueva política de Estados Unidos en Afganistán, que incluirá una mayor presencia del Ejército estadounidense y que estará dirigida a frenar al mayor número de terroristas posible.
Trump ha acusado a Pakistán de albergar "agentes del caos" y proporcionar refugio a grupos armados que libran la insurgencia contra el Gobierno de Afganistán apoyado por Estados Unidos. Así, ha exigido a Islamabad un cambio de rumbo inmediato en las políticas que está llevando a cabo.
El ministro de Exteriores, Jawaja Asif, ha dicho que Washington no debería utilizar a Pakistán como la "cabeza de turco" a la que responsabilizar de sus fracasos en la guerra más larga que sigue manteniendo Estados Unidos. De hecho, Pakistán niega estar albergando a terroristas en su territorio.
Sin embargo, la Casa Blanca ha ido más allá y ha amenazado con recortar las ayudas militares a Pakistán y también ha anunciado la posibilidad de poner en marcha otras medidas que obliguen a la potencia nuclear a rectificar y poner fin a una guerra que dura 16 años.
El jefe del Ejército paquistaní, Qamar Javed Bajwa, que ha estado presente en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional este jueves, tuvo un encuentro previo con el embajador de Estados Unidos, David Hale, y sostuvo que Islamabad prefiere contar con la confianza y comprensión de Estados Unidos que con su ayuda económica.
Varios altos cargos paquistaníes han reaccionado con indignación ante lo que consideran, por un lado, una falta de respeto por parte de Washington hacia los esfuerzos que han realizado en la lucha contra la insurgencia, y por otro, una forma de menospreciar sus éxitos contra grupos como Al Qaeda, el Estado Islámico o los talibán.
Las estimaciones de Pakistán establecen que los ataques contra la insurgencia han supuesto unas 70.000 bajas desde que se uniesen a la "guerra contra el terrorismo" encabezada por Estados Unidos tras los ataques del 11-S.
"Tenemos la impresión de que la Administración estadounidense liderada por el señor Trump nos ha hecho totalmente a un lado, lo cual es injusto para Pakistán al no apreciar ni reconocer que hemos sido un jugador fundamental en la lucha contra el terrorismo", ha declarado el presidente de la Comisión de Defensa del Senado, Mushahid Hussain. "Las cosas han cambiado desde el 11-S", ha añadido.
Las relaciones entre los dos países han pasado por períodos de extrema tensión en los últimos años, especialmente después de que las fuerzas especiales de Estados Unidos matasen al líder de *Al Qaeda, Usama Bin Laden, en Pakistán en 2011.
INDIA, OTRO FRENTE ABIERTO
Las autoridades paquistaníes también se han molestado con Trump por sus peticiones a India, el país al que están históricamente enfrentados, para que participe de forma activa en la reconstrucción de Afganistán, lo que implicaría una importante presencia india en Kabul y podría ser una amenaza para la paz regional.
Pakistán teme que una mayor influencia de Nueva Delhi en Kabul les deje incrustados entre dos territorios que estarían prácticamente liderados por el Gobierno indio, su vecino más grande y contra el que ha luchado tres guerras desde su independencia en 1947.
CHINA, EL TERCERO EN DISCORDIA
Los analistas también han advertido que poner mayor presión sobre Pakistán empujaría a su Gobierno a los brazos de la vecina China, inmersa en los proyectos de infraestructura que está llevando a cabo como parte de una iniciativa estratégica. Pekín está invirtiendo casi 60 mil millones de dólares en un corredor comercial y económico que irá desde el oeste de China y que, atravesando Asia Central, llegará hasta Europa.
En una llamada telefónica, el ministro de Exteriores chino, Yang Jiechi, le ha dicho al secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, que debe valorar el papel de Pakistán en Afganistán y respetar sus previsiones en materia de seguridad.
"Estados Unidos ha perdido influencia en la región y está estancado (...) Tenemos muchas más opciones y espacio estratégico en nuestra política exterior", ha sostenido Yang.