MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro palestino, Mohamad Shtayé, ha afirmado este miércoles que los acuerdos firmados el martes por Israel, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin para normalizar sus relaciones son "dolorosos" pero "no cambian en nada la realidad".
Shtayé, que ha resaltado que los 'Acuerdos de Abraham' suponen "un golpe al consenso árabe", ha dicho que la "batalla" entre los palestinos y "los ocupantes" es "sobre el territorio y los derechos" de la población palestina, tal y como ha recogido la agencia palestina de noticias WAFA.
"Mientras nuestra casa esté en orden y nuestras instituciones sean firmes seremos capaces de perseverar y derrotar los planes de los ocupantes", ha indicado, antes de defender que la celebración de elecciones permitiría unir a las facciones palestinas frente a esta situación.
"Tenemos una escena política complicada", ha reconocido Shtayé, quien ha manifestado que los palestinos han logrado hacer frente a "medidas punitivas" por parte de Estados Unidos, así como los pactos de normalización con Israel y la posible anexión de zonas de Cisjordania por parte de las autoridades israelíes.
Las palabras del primer ministro palestino han llegado un día después de que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, incidiera en que los 'Acuerdos de Abraham' no lograrán la paz en Oriente Próximo mientras no se reconozca el derecho de los palestinos a contar con un Estado.
"El principal problema no es entre los países que han firmado los acuerdos con la autoridad israelí de ocupación, sino entre el pueblo palestino, que sufre la ocupación", señaló, al tiempo que arguyó que es necesario que Estados Unidos e Israel reconozcan un Estado palestino en las fronteras de 1967 y con Jerusalén Este como capital, y que acepten una solución para el problema de los refugiados en línea con las resoluciones internacionales sobre el tema.
EAU e Israel anunciaron su acuerdo el 13 de agosto, mientras que Bahréin hizo lo propio la semana, convirtiéndose así en el tercer y cuarto país en normalizar sus relaciones con Israel. El primero fue Egipto, en 1979, y el segundo, Jordania, en 1994.