MADRID, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, ha declarado este miércoles el estado de emergencia en todo el país y ha impuesto un toque de queda en el oeste de la isla ante las nuevas protestas, horas después de que el presidente, Gotabaya Rajapaksa, abandonara el país de cara a su anunciada dimisión durante la jornada de hoy.
Wickremesinghe ha dado además orden a las fuerzas de seguridad para que detengan a los responsables de disturbios en el marco de las movilizaciones, tal y como ha recogido el diario ceilandés 'Daily Mirror'.
Las fuerzas de seguridad han empleado gases lacrimógenos para intentar dispersar a un grupo de manifestantes en los alrededores de la oficina del primer ministro, que podría ser nombrado presidente en funciones, mientras que algunos de ellos han intentado entrar por la fuerza en las instalaciones, según la cadena de televisión británica BBC.
Según las informaciones facilitadas por el diario 'Daily Mirror', al menos cuatro personas han sido hospitalizadas tras unos enfrentamientos en el principal punto de las protestas en la ciudad de Colombo, la ciudad más poblada y antigua capital de Sri Lanka.
Wickremesinghe ha asegurado durante los últimos días que dimitirá una vez se forme un gobierno inclusivo tras la dimisión de Rajapaksa, quien aún no ha oficializado su salida del cargo, si bien durante la jornada del martes habría entregado el documento firmado al presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardena.
Sin embargo, los manifestantes, que llevan semanas movilizándose para protestar contra la crisis económica y el empeoramiento de la calidad de vida, han exigido al primer ministro que también dimita. Se espera que el presidente interino sea elegido a más tardar el 20 de julio y a la espera de elecciones, las cuales no deberían celebrarse más tarde de marzo de 2023.
Rajapaksa claudica así tras varios meses de protestas por el incremento de los precios y falta de alimentos, medicamentos y combustible. La revolución popular que acabó por estallar este sábado --con imágenes de la gente irrumpiendo en lujosas residencias oficiales, entre ellas la del presidente-- ha forzado así la caída definitiva de la familia Rajapaksa, después de que Gotabaya forzara a su hermano Mahinda a dejar el cargo de primer ministro en un intento superfluo por aplacar las protestas.