El primer ministro de Sri Lanka toma posesión como presidente interino tras la dimisión de Rajapaksa

MADRID, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, ha jurado el cargo este viernes como presidente interino después de que el ya expresidente Gotabaya Rajapaksa presentara su dimisión el jueves tras huir del país en medio de las masivas movilizaciones populares contra las autoridades por la gravísima crisis económica que atraviesa la isla.

Wickremesinghe ha tomado posesión del cargo en un acto ante el presidente del Tribunal Supremo, Jayantha Jayasuriya, después de que el propio Rajapaksa le nombrara presidente interino tras huir del país con destino a Maldivas, desde donde se desplazó el jueves a Singapur, según ha recogido el diario ceilandés 'Daily Mirror'.

El primer ministro ha asegurado durante los últimos días que dimitirá una vez se forme un gobierno inclusivo tras la dimisión de Rajapaksa, si bien los manifestantes, que llevan semanas movilizándose para protestar contra la crisis económica y el empeoramiento de la calidad de vida, han exigido también la dimisión de Wickremesinghe.

Por su parte, el presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardena, ha confirmado que el nuevo presidente será elegido el 20 de julio por el organismo legislativo, una fecha elegida previamente por los líderes de los partidos políticos con representación. El propio Yapa Abeywardena ha confirmado a primera hora de este viernes que la carta de dimisión de Rajapaksa ha sido recibida por las autoridades, lo que implica su dimisión efectiva desde el 14 de julio.

Rajapaksa claudica así tras varios meses de protestas por el incremento de los precios, la falta de alimentos, medicamentos y combustible, que ha puesto a la pequeña isla asiática frente a su peor crisis económica desde que se independizó del yugo colonial británico.

La revolución popular en Sri Lanka ha forzado así la caída definitiva de la familia Rajapaksa, después de Gotabaya forzara a comienzos de mayo a su hermano Mahinda a dejar el cargo de primer ministro en un intento superfluo por aplacar las protestas.