El principal clérigo chíi de Irak denuncia que la corrupción militar favorece al Estado Islámico

Actualizado: domingo, 7 diciembre 2014 15:59

BAGDAD 7 Nov. (Reuters/EP) -

La corrupción en las Fuerzas Armadadas ha contribuido al auge del Estádo Islámico en el norte de Irak, según ha afirmado el clérigo chií con mayor influencia del país, el ayatolá Ali al Sastani, afirmando que se trata de una llamamiento a las reformas del Gobierno.

El ayatolá, Ali al Sistani, se ha mostrado increíblemente crítico con los líderes iraquíes desde el creciente avance del Estado Islámico, que ha provocado la mayor crisis en el país desde la guerra de Irak que acabó con Sadam Husein en 2003.

El Ejército iraquí, que recibió de Estados Unidos 25.000 millones de dólares (más de 20.000 millones de euros) para financiación y entrenamiento, se ha colapsado frente a los ataques. Los avances del Estado Islámico y la decapitación de rehenes occidentales han impulsado los bombardeos estaudonidenses.

En declaraciones a la televisión sobre una ayuda a la ciudad santa de Kerbala, en el sur, al Sistani ha preguntado retóricamente qué pasaría si los militares fuesen corruptos.

"Pensamos que el deterioro de la seguridad que ha tenido lugar hace algunos meses puede contestar a esto", ha afirmado Sistani. "La objetividad demanda que los puestos militares deben estar ocupados por aquellos que sean profesionales, patrióticos, fieles, valientes y que no vean afectado el cumplimiento de sus obligaciones por intereses personales o económicos", ha añadido.

MILLONES DE SEGUIDORES

Al Sistani, cuyas palabras son la ley para muchos fieles, ha continuado diciendo que incluso la mínima corrupción es importante. El cláerigo octogenario es una figura solitaria y siempre difunde sus mensajes a través de intermediarios.

En los últimos meses, ha criticado abiertamente a los líderes políticos iraquíes diciendo que las diferencias sectoriales están minando la capacidad de Irak, uno de los mayores productores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Los bombardeos estadounidenses han prevenido el avance a gran escala del Estado Islámico desde agosto cuando esta escisión de Al Qaeda atacó a las fuerzas de los peshmerga kurdos del norte de Irak provocando el éxodo masivo de las comunidades minoritarias.

A falta de un Ejército fuerte, el Gobierno de Irak tuvo que recurrir a las milicias chiíes respaldadas por Irán. Pero las acusaciones de violación de los Derechos Humanos han provocado tensiones entre las distintas comunidades, a las que se suman las denuncias de raptos, torturas y ejecuciones de la minoría suní.

Los líderes milicianos niegan estas acusaciones y afirman que sus combatientes están atrapando a miembros del Estado Islámico escondidos en comunidades suníes.

Reino Unido ha afirmado que enviará más entrenadores militares a Irak en las próximas semanas para ayudar a las Fuerzas Armadas iraquíes a combatir al Estado Islámico.

Pero aunque Occidente continúe con el envío de ayuda al Ejército iraquí, la cuestión primordial es si el Gobierno, controlado por chíies, puede recuperar la alianza con las tribus suníes que mantuvo para combair a Al Qaeda durante la invasión estadounidense.

Los líderes de la tribu Albu Nimr en la provicia de Anbar, que ha visto como cientos de sus miembros eran masacrados durante las dos últimas semanas, han afirmado que el Gobierno y el Ejército de Bagdad han ignorado las repetidas réplicas de ayuda desde el acercamiento del Estado Islámico.

Aunque el Gobierno y los combatientes kurdos han empezado a recuperar territorio del norte, el Estado Islámico ha incrementado su avance en Anbar, acercándose a Bagdad. Actualmente, están bordeando la base aérea más grande de la ciudad, Ain al Asad, y la vital Haditha en el Eúfrates.

Los combatientes del Estado Islámico controlan pueblos desde la fronteria siria hasta la capital de provincia, Ramadi, y en las zonas fértiles cercanas a Bagdad.

Algunos líderes tribales reconocen que el Gobierno puede ser reacio a ayudar a los combatientes suníes ya que las armas acabarían en manos del Estado Islámico debido a la corrupción. Sin embargo, las tribus suníes están pidiendo ayuda.

"Si el Gobierno no está dispuesto a darnos apoyo militar pronto, acudiremos a otras opciones, incluyendo la petición de tropas terrestres a la coalición internacional", ha afirmado el jefe del Consejo Provincial de Anbar, Sabah Karhoot, en una conferencia en Bagdad. "Aunque llegue ayuda (armas), las cantidades son tan pequeñas que no alcanzan para afrontar los desafíos en Anbar", ha añadido.

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