MADRID 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Alianza Nacional en Apoyo a la Legitimidad, encabezada por la organización islamista Hermanos Musulmanes, ha hecho este lunes un llamamiento a una escalada gradual de la desobediencia civil contra el derrocamiento el 3 de julio del expresidente Mohamed Mursi, si bien ha reiterado su rechazo a la violencia y al sabotaje.
"Los hombres honorables de este país han llamado a la desobediencia civil a través del boicot de los medios favorables con el golpe de Estado, los negocios que apoyan el mismo y los productos importados de países que lo respaldan", ha sostenido.
"Por primera vez en su historia, Egipto hace frente a un periodo de agitación que supone una clara amenaza a la unidad y estabilidad del país", ha indicado la coalición a través de un comunicado, según ha informado el diario 'Al Ahram'.
Asimismo, ha acusado al jefe del Ejército y ministro del Interior Abdelfatá al Sisi, al que algunos sectores acusan de gobernar el país 'de facto' desde la caída de Mursi tras un golpe de Estado, de "secuestrar Egipto".
En su comunicado, ha criticado asimismo a "los líderes del golpe de Estado" y al Gobierno del "asesinato de manifestantes pacíficos", al tiempo que ha cargado contra "el uso de los medios como una máquina de propaganda con el objetivo de dañar la imagen de los opositores al golpe".
Por otra parte, ha argumentado que el ataque presuntamente ejecutado por milicianos islamistas el domingo en el Sinaí, que se saldó con la muerte de al menos 24 miembros de las fuerzas de seguridad, fue "orquestado" por el Gobierno para "distraer" a la población de la "masacre" de 37 miembros de Hermanos Musulmanes que se encontraban encarcelados en Abu Zaabal.
Hermanos Musulmanes y sus aliados han acusado a las nuevas autoridades de acceder al poder a través de un golpe de Estado militar y de lanzar una campaña de represión contra los movimientos islamistas.
Entre las medidas más criticadas adoptadas por el nuevo Gobierno está el restablecimiento por parte del Ministerio del Interior de las funciones de lucha contra el extremismo y control de las actividades políticas y religiosas, suspendidas tras la revuelta que puso fin en 2011 al Gobierno del expresidente Hosni Mubarak.
Además, han criticado duramente al Gobierno y al Ejército por el desalojo forzoso de las acampadas protagonizadas por seguidores de Mursi, que se saldó con la muerte de alrededor de 600 personas, según el balance oficial. Sin embargo, Hermanos Musulmanes elevó el número de muertos a 4.500.
Las autoridades han cifrado en alrededor de 850 el número de fallecidos a consecuencia de la oleada de violencia desatada en el país a consecuencia del asalto militar a las acampadas, mientras que diversas ONG internacionales han acusado al Ejército de hacer un uso excesivo e injustificado de la fuerza.