MADRID, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
El principal sindicato de Túnez, la Unión General de Trabajadores de Túnez (UGTT), ha rechazado las reformas reclamadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que el miércoles aplaudió la propuesta del presidente, Kais Saied, y se mostró abierto a mantener negociaciones sobre un paquete de ayuda.
"Rechazamos las condiciones (del FMI) debido al bajo nivel de los salarios, la falta de medios y el aumento de las tasas de pobreza y empleo", ha sostenido el secretario general de la UGTT, Nurredín Tabubi, según ha informado la emisora tunecina Mosaique FM.
El director del FMI para Oriente Próximo y Asia Central, Jihad Azour, indicó tras una visita de dos días al país africano que el programa de reformas "tiene los beneficios de una mayor propiedad y una mayor credibilidad, lo que supone una mejor oportunidad de éxito que en el pasado", antes de mostrar su disposición a "iniciar negociaciones" en las próximas semanas.
Azour destacó además la importancia de "un diálogo continuado con los actores clave" y advirtió de que "las repercusiones de la guerra en Ucrania están profundizando los ya elevados desequilibrios económicos de Túnez y creando una situación más dura para la población", por lo que incidió en que "la gravedad de la situación económica requiere una rápida aplicación de reformas ambiciosas".
Asimismo, Tabubi ha anunciado que el sindicato presentará próximamente su propio proyecto de reforma económica y social, incluidas enmiendas a la Constitución de 2014, a menos de un mes del referéndum constitucional sobre la Carta Magna impulsada por Saied.
"Si hubiera un espíritu democrático, ¿por qué no publicar un decreto fijando un mínimo de participación para el referéndum para que este tenga legitimidad?", se ha preguntado, ante el aumento de la presión social sobre Saied y los llamamientos al boicot por parte de la oposición.
Saied hace frente a crecientes críticas por la crisis económica y las medidas excepcionales adoptadas desde mayo de 2021, cuando disolvió y Gobierno y suspendió el Parlamento --posteriormente disuelto-- para arrogarse todas las competencias, una medida denunciada por numerosos partidos, incluido el islamista Ennahda.