Desplazados yazidíes huyen de la violencia en Irak
STRINGER . / REUTERS
Actualizado: lunes, 30 enero 2017 15:04

ERBIL (IRAK), 30 (Reuters/EP)

La prohibición de entrada en Estados Unidos a ciudadanos de varios países de mayoría musulmana deja a los miembros de la comunidad yazidí de Irak en un limbo legal a la espera de que se retome la admisión de refugiados de este país, según han podido comprobar varios refugiados de este grupo que tenían previsto viajar a Estados Unidos y se han quedado sin poder hacerlo por la orden ejecutiva de la semana pasada.

Judeeda Naif consiguió asilo en Estados Unidos por formar parte de la comunidad yazidí de Irak, atacada y perseguida por el grupo terrorista Estado Islámico, pero ahora teme sobre todo las represalias que pueda sufrir porque su hermano trabaja como intérprete para el Ejército de Estados Unidos.

Naif es uno de los muchos ciudadanos afectados por la orden ejecutiva aprobada por el presidente estadounidense, Donald Trump, el 27 de enero para impedir la entrada en el país de ciudadanos de varios países con mayoría de población musulmana como Irak, Siria, Somalia, Yemen y Sudán.

Naif tenía previsto salir de Irak esta semana con su mujer y sus dos hijos hasta que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) le comunicó que el viaje está cancelado hasta nuevo aviso.

Este técnico electricista de 35 años de edad continuará, por tanto, en el campamento de refugiados de Dohuk, en el norte de Irak, donde ha estado con su familia desde que Estado Islámico tomó la zona de Sinyar en el verano de 2014, persiguiendo a toda la comunidad yazidí.

Los milicianos del grupo terrorista mataron, capturaron y esclavizaron a miles de yazidíes, cuyas creencias combinan elementos de varias religiones antiguas de Oriente Próximo y que son considerados como adoradores del diablo por parte de los milicianos de negro liderados por Abú Bakr al Baghdadi.

Una comisión independiente de investigadores nombrada por Naciones Unidas determinó en 2016 que los crímenes cometidos contra los yazidíes representan un delito de genocidio.

Naif huyó cruzando la frontera con Siria a pie con su familia junto a miles de yazidíes antes de regresar a Dohuk. Su familia, sin embargo, ya temía por sus vidas antes de que Estado Islámico comenzara sus ataques y la persecución contra los yazidíes.

"Las personas vinieron aquí (al campamento) porque había una amenaza contra los yazidíes en general, pero con las personas que han trabajado con los americanos tenemos que ser muy cautelosos incluso cuando están en su zona", ha dicho, en una conversación telefónica con Reuters desde la capital del Kurdistán iraquí, Erbil.

La orden ejecutiva de Trump prohíbe la admisión de personas de Irak, Siria, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. El decreto en cuestión señala que las minorías religiosas que sufren persecución en sus países" tendrán prioridad cuando se retome la admisión de refugiados.

Más de cien yazidíes están esperando a que se resuelvan sus solicitudes de asilo con la OIM, según ha dicho Saib Jidr, un importante abogado defensor de los yazidíes y activista de los Derechos Humanos cercano a 'Baba Sheij', el líder de la comunidad yazidí.

Este domingo, a una mujer yazidí no se le permitió viajar a Estados Unidos tras las orden ejecutiva de Trump. Jidir ha dicho que confía en que los yazidíes estén entre los que tienen prioridad para entrar en Estados Unidos pero ha señalado que Trump solo ha mencionado la persecución que sufren los cristianos sirios cuando le preguntaron en una entrevista. "Estamos decepcionados", ha afirmado a Reuters en Bagdad. "Estamos esperando a que los americanos aclaren su posición", ha señalado.

Alemania, Canadá y Estados Unidos suelen los destinos más solicitados por los yazidíes, según Jidr. Naid ha dicho que su hermano murió junto a dos estadounidenses en 2008 en un atentado suicida contra fuerzas norteamericanas.

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