ABIYÁN, 25 Oct. (Reuters/EP) -
Las autoridades marfileñas han prorrogado el horario de votación en las presidenciales de este domingo debido a problemas logísticos que han obligado a retrasar la apertura de mesas electorales en muchas regiones del país. El actual presidente, Alassane Ouattara, es el favorito para la reelección en unas elecciones clave para superar una década de inestabilidad política en el país.
La votación debía haber comenzado a las 7.00 horas, pero se retrasó en muchas regiones debido a la falta de material electoral como urnas o papeletas. Una hora después del inicio oficial, solo el 57 por ciento de los colegios estaban abiertos, según el grupo de observadores POECI. A las 9.30 horas era el 85 por ciento.
Un tercio de las tabletas del nuevo sistema electoral para verificar la identidad del votante también tuvieron fallos, según POECI.
Por todo ello, la Comisión Electoral Independiente (CEI), ha prorrogado el horario durante dos horas, hasta las 19.00 horas, en los centros afectados por los retrasos. Los centros que ya han cerrado han comenzado ya el recuento.
El único elemento de duda surge de los llamamientos a la abstención de parte de la oposición, que acude muy dividida a los comicios, y del temor a una baja participación por el desencanto del electorado. Los observadores han informado de que los comicios se desarrollan sin indicios de violencia.
"Por el momento estamos muy satisfechos porque todo está yendo adelante sin incidentes de importancia", ha señalado la presidenta de la organización civil Peace-CI, Mariam Dao Gabela, que tiene un equipo de observadores.
Ouattara, antiguo dirigente del Fondo Monetario Internacional (FMI), parte como claro favorito gracias en gran medida al 'boom' económico experimentado en los últimos años por Costa de Marfil. El país africano, de 22 millones de habitantes, ha crecido los últimos años al ritmo del 9 por ciento y ha atraído un gran número de inversiones.
Sin embargo, no son pocas las voces que creen que Costa de Marfil se ha dejado a parte de la población atrás. Es el argumento esgrimido por el principal aspirante de la oposición a la Presidencia, Pascal Affi N'Guessan, quien ha advertido de que un crecimiento sin igualdad no garantiza la paz.
Al margen de lo económico, Outtara ha prometido que si gana los comicios promoverá el próximo año la redacción de una Constitución que "no excluirá a nadie por su origen, religión, etnia o color de piel", según explicó a medios franceses. Entre las novedades también figuraría la introducción del cargo de vicepresidente.
TENSIONES FINALES
El presidente se rodeó el viernes de miles de seguidores durante un recorrido por la capital económica, Abiyán, en un ambiente festivo sin incidentes. El final de campaña, sin embargo, ha estado salpicado por las dudas esgrimidas desde la oposición en relación a la limpieza del proceso electoral.
Tres de los diez candidatos a las elecciones se han retirado de la carrera, el último de ellos este mismo viernes, Charles Konan Banny, primer ministro durante el régimen de Gbagbo. Banny anunció en rueda de prensa que prefería no seguir en un proceso "desigual" y plagado de "graves irregularidades", según la cadena francesa RFI.
Algunos candidatos han alertado de supuestas irregularidades en el registro de votantes, gracias a las cuales algunos electores podrían votar más de una vez. La CEI, sin embargo, ha negado las acusaciones y ha afirmado que no se han presentado pruebas al respecto.
La CEI ha afirmado que más de 6,3 millones de personas se han inscrito como votantes, según la cadena británica BBC. El viernes, sin embargo, sólo se habían retirado el 55 por ciento de las tarjetas necesarias para votar, informa RFI.
DEMOCRACIA
En juego no sólo está un cargo, sino la estabilidad democrática de un país que aún no ha terminado de pasar página del caos en que se vio envuelto hace menos de cuatro años. Gbagbo aún tiene que ser juzgado en el TPI --a partir de noviembre-- por crímenes contra la Humanidad.
Quince organizaciones marfileñas e internacionales, entre ellas Human Rights Watch (HRW) y la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), han abogado conjuntamente por un proceso pacífico. Varios candidatos firmaron un compromiso con los "principios de la no violencia" y prometieron contención en sus acciones y palabras.
Aun así, en los meses previos a la votación se han producido algunos incidentes principalmente en manifestaciones convocadas por la oposición que han terminado con represión policial o detenciones. Las ONG han lamentado varios arrestos sin garantías de dirigentes opositores y han recordado que la "historia reciente" no justifica determinadas prácticas en aras de la seguridad.