Protección infantil: A veces los mejores resultados no saltan a la vista

Taller de teatro en Guatemala
WORLD VISION
  
Actualizado: sábado, 30 abril 2016 9:28

El cambio en la mentalidad de las personas y en sus habilidades perdura más allá de los proyectos

   MADRID, 30 Abr. (Por Susanna Oliver, responsable de Proyectos de World Vision) -

   Los resultados que más suelen destacarse del trabajo de las ONG son el número de escuelas o pozos construidos, porque es fácil ver la necesidad que hay de educación y agua potable en los países menos desarrollados y entender los beneficios que este tipo de obras aportan a su población.

   Pero, después de 16 años en cooperación internacional, lo que más me motiva es seguir trabajando para los resultados que no saltan a la vista pero que marcan realmente la diferencia: los cambios en las mentalidades y habilidades de las personas. Uno de ellos es el proyecto de protección infantil que lleva a cabo World Vision en San Pablo, Guatemala, que acabo de visitar.

   Obviamente, es más difícil de explicar que un pozo, porque combina varias acciones, pero voy a intentar que entendáis en qué consiste y por qué es tan importante.

   Durante 3 años hemos trabajado capacitando a la responsable de la oficina municipal de protección a la niñez, la adolescencia y la juventud de San Pablo, que se llama Heidi, en los diferentes tipos de desprotección que existen y cómo atenderlos, siempre de la mano de las instituciones responsables.

   Un ejemplo, el que primero nos viene a la mente: el abuso sexual de un menor; en este caso la función de Heidi es informar a las familias sobre qué deben hacer para denunciar y dar seguimiento a la labor de la Policía y los estamentos judiciales para que se dé prioridad y se resuelva el caso con celeridad, a la par que dando la protección necesaria a la víctima.

Guatemala

   Para que esto se haga de forma efectiva, hemos formado a Heidi sobre la legislación aplicable, se han firmado convenios con la Policía, el Ministerio de Justicia y otros muchos estamentos e incluso hemos acompañado a Heidi en algunas de sus gestiones.

TRABAJO CON LAS COMUNIDADES

   Pero también, hemos trabajado con las comunidades, especialmente con las escuelas, parroquias y grupos de jóvenes, exponiendo estos temas que a menudo son tabú y explicándoles que están en su derecho de ser respetados y en el deber de denunciar cuando sufren o saben que alguien está sufriendo algún tipo de abuso.

   Hay otros tipos de desprotección y violación de los derechos de los niños, como el trabajo infantil o la negligencia y, dentro de esta última, distintas tipologías y grados, que van desde el abandono hasta la falta de inscripción en el registro civil, pasando por no dar a los niños la alimentación adecuada o no llevarles al hospital cuando lo necesitan. De hecho, la forma de tratar estos casos no es muy distinta: se trabaja la denuncia, pero, sobre todo, la prevención.

   Esto se complementa con actividades destinadas a cambiar la legislación para proteger más a los niños. Dentro de estas, World Vision con UNICEF y otras organizaciones de infancia hemos conseguido que se incremente la edad legal para contraer matrimonio en Guatemala hasta los 16 años.

CAMBIO DE MENTALIDAD

   De todo este tipo de acciones, quisiera resaltar las de prevención porque son las que más inciden en el cambio de mentalidad. En La Igualdad, una pequeña comunidad rural del municipio de San Pablo, conocí hace unos días a un grupo de jóvenes que, tras recibir formación de World Vision y otras instituciones, decidieron organizarse para hacer valer sus derechos y cambiar hábitos de la comunidad que los vulneraban.

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   A través del teatro, denuncian problemas tan graves y enraizados como el machismo, la violencia intrafamiliar, el acoso sexual, el trabajo infantil, la desidia de algunos maestros, el bullying, los embarazos en adolescentes o el alcoholismo.

   Ellos organizan las representaciones, la gente va a pasárselo bien (porque son muy divertidos), con lo que consiguen mucho público, y luego les hacen reflexionar y hablar sobre lo que han visto, qué cosas, a pesar de ser frecuentes, no son aceptables y cómo se pueden cambiar, y así llegan a transformar la mentalidad de muchas personas, principalmente, de jóvenes como ellos.

   Los jóvenes de La Igualdad son el ejemplo viviente del cambio. En un país que, por su historia y por un sistema económico basado en las grandes explotaciones agrarias, tenía hasta ahora una cultura de "aguantar y callar", especialmente si uno era joven o mujer, estos chicos y chicas hacen oír su voz contra todo aquello que vulnera sus derechos.

   No son los únicos, también tuve la oportunidad de ver ese mismo cambio en las madres, en personas líderes de las comunidades, como las responsables de los centros de salud, de las escuelas o las parroquias. Vi cómo expresaban sus demandas ante las instituciones gubernamentales y cómo conseguían cambios, como que el municipio aporte una parte del coste de hacer llegar el agua a una comunidad.

   Como decía, estos son los cambios que me dan esperanza, porque World Vision no se quedará en San Pablo para siempre, pero sí, más allá de las obras realizadas, habrán quedado los convenios, la colaboración para conseguir mejoras, el respeto mutuo y comunidades organizadas exigiendo sus derechos. Todo ello fundamental para conseguir una sociedad mejor.