MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las protestas han estallado este martes en Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad de Burkina Faso, ante la llegada de los líderes africanos para resolver la crisis política que se desató la semana pasada con el golpe de Estado, según ha informado la prensa local.
Los burkineses se echaron a las calles de la capital, Uagadugú, inmediatamente después de conocerse el golpe de Estado y han mantenido las manifestaciones a lo largo de los últimos días, dando lugar a enfrentamientos con las fuerzas de seguridad que han dejado muertos y heridos.
Hasta ahora las protestas se habían circunscrito a Uagadugú --epicentro de la vida política del país--, con concentraciones de menor importancia en Bobo-Dioulasso, que ahora se han intensificado y amenazan con extenderse a otros ciudades si la crisis se prolonga.
En estos momentos la situación en Uagadugú es de máxima tensión ante el temor a que termine desatándose un enfrentamiento armado entre los golpistas de la guardia presidencial, leales al anterior Gobierno, y las Fuerzas Armadas, que siguen las órdenes del Ejecutivo de transición.
EL GOLPE DE ESTADO
Miembros de la guardia presidencial liderados por el general Gilbert Diendéré irrumpieron el 16 de septiembre en una reunión de Gobierno y tomaron como "rehenes" al presidente, Michel Kafando, al primer ministro, Yacouba Isaac Zida, y al resto del Gabinete.
Diendéré se hizo con el poder con el argumento de que había que evitar la "desestabilización" del país en un momento en el que se vivía una "grave situación de inseguridad" de cara a las elecciones generales del próximo 11 de octubre.
En un primer paso, la guardia presidencial accedió a liberar a Kafando y al Gobierno, al tiempo que aceptó la mediación de la Unión Africana (UA) y de la CEDEAO para restaurar el Gobierno interino de Burkina Faso lo antes posible.
Diendéré anunció el lunes su disposición a "entregar el poder a las autoridades civiles de transición tras un acuerdo definitivo de salida de la crisis bajo la égida de la CEDEAO" y "ante la gravedad de la situación de seguridad caracterizada por el riesgo de guerra civil".
Sin embargo, en las últimas 24 horas la crisis ha empeorado. Kafando se ha refugiado en la residencia del embajador francés mientras el Ejército se ha desplegado en Uagadugú para obligar a la guardia presidencial a deponer las armas.
Diendéré ha explicado que, aunque no quieren luchar contra los militares burkineses, sus hombres están preparados para "en última instancia" responder si son atacados, amenazando así con un enfrentamiento armado en la capital.
En este contexto, los presidentes de Senegal, Nigeria, Benín y Togo han decidido trasladarse personalmente a Uagadugú --donde llegarán en las próximas horas-- para relanzar su labor de mediación y zanjar de una vez por todas la crisis política.
LA SOMBRA DE COMPAORÉ
La guardia presidencial es leal a Blaisé Compaoré, que abandonó el cargo el año pasado tras las multitudinarias protestas por sus planes de reformar la Constitución para prolongar su mandato. Kafando había asumido la Presidencia interina hasta las elecciones del 11 de octubre.
El golpe de Estado tuvo lugar días después de que una comisión encargada de presentar propuestas de reformas al Gobierno interino plantease desmantelar la guardia presidencial al considerar que es "un ejército dentro del Ejército".
El presidente del Parlamento interino, Moumina Cheriff Sy, que se ha declarado a sí mismo presidente en funciones hasta que se resuelva la situación, ha emitido este martes un decreto disolviendo la guardia presidencial.