MOSCÚ, 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha tachado de "ridículas" las acusaciones vertidas desde la Casa Blanca y el Partido Demócrata de Estados Unidos que le señalan como responsable de ordenar el pirateo de las elecciones estadounidenses para beneficiar al presidente electo, Donald Trump, con quien quiere entablar relaciones "constructivas y empresariales", al tiempo que ha declarado su indiferencia ante las intenciones del magnate de expandir el arsenal nuclear de Estados Unidos.
"No es ninguna sorpresa", ha declarado Putin en relación al polémico tuit lanzado ayer por el presidente electo Trump, donde abogaba por el fortalecimiento y la expansión de la capacidad nuclear ofensiva de Estados Unidos, aspecto este último minimizado por sus asesores en declaraciones posteriores.
"El caso es que Rusia no va a dejarse arrastrar a una carrera armamentística a cualquier precio", ha puntualizado el presidente ruso. "En lo que a armas nucleares se refiere, no hemos violado ningún acuerdo, estamos cumpliendo todas nuestras obligaciones. Supervisores estadounidenses han examinado nuestros silos recientemente. Sí, hemos mejorado nuestras capacidades nucleares, y quizás por ello Estados Unidos también está ansioso por ponerse a la altura. Pero no estamos estimulando una nueva carrera armamentística, ni vamos a gastarnos el dinero en recursos que nos podemos permitir", ha comentado.
Putin ha aprovechado para negar categóricamente las recientes acusaciones que le señalan como responsable directo de una operación informática contra el Partido Demócrata estadounidense y contra el sistema electrónico que coordinaba el recuento electoral en los comicios norteamericanos. El presidente ruso declaró que todo es un invento de los demócratas, incapaces de aceptar su derrota legítima en las urnas.
"La actual administración estadounidense y la cúpula del partido Demócrata están intentando culpar de todos sus fracasos a los factores externos. Han perdido no solo las elecciones presidenciales sino también la carrera hacia el Senado, que ahora controlan los republicanos, y también en el Congreso, donde los republicanos también ostentan una mayoría. Es ridículo. ¿También es culpa mía?", se ha preguntado.